“Que pague más el que más tiene”. El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, anunció en el inicio del nuevo curso político que ese lema seguirá siendo eje de la filosofía de Zaragoza en Común (ZeC), al frente del Consistorio de la capital aragonesa. Con base en él, anunció que su Gobierno tiene intención de aumentar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en aquellos inmuebles cuyo valor catastral supere los 800.000 euros, y congelarlo en el resto. Además, señaló que habrá nuevas bonificaciones, afectando estas a las viviendas valoradas en menos de 150.000 euros.
La propuesta pasará ahora a la mesa de negociaciones, en la que ZeC espera tener mejor resultado que el pasado año. Entonces, el equipo de gobierno propuso una subida de este impuesto para los valores catastrales superiores a 750.000 euros en usos industriales y comerciales. La medida no recibió la anuencia por la posición contraria de PP, PSOE y Ciudadanos. Finalmente, el IBI subió para los inmuebles por encima del millón de euros.
Santisteve apuntó que “mientras el Gobierno central no se plantee una vías de financiación decentes, los ayuntamientos tienen que buscarse las suyas”. Es una reivindicación muy repetida por parte del edil zaragozano que, el pasado mes de febrero, firmó, junto a representantes de otras 52 corporaciones locales, la llamada ‘Declaración de Valencia’ para exigir al Estado la reforma prioritaria de la financiación local y la aprobación de un modelo más justo.
En aquel encuentro, el alcalde aseguró que no podían “seguir en esta precariedad financiera. Lo hemos dicho ya muchas veces, el municipalismo ha dado muestras de madurez. Zaragoza está saneando sus cuentas, vamos a poder salir del plan de ajuste con lo cual no queremos que, herramientas que constriñen, como la regla de gasto, sigan impidiendo atender dignamente a los ciudadanos”.