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“Cataluña triunfante, ¡volverá a ser rica y plena!”, dice la primera estrofa de Els segadors…
Catalunya, triomfant, ¡tornarà a ser rica i plena!
Desde el resto del país la escuchamos sorprendidos como una alucinación, y también por ver cómo se está desarrollando su Procés para conseguir la separación entre ricos y pobres.
Además, nos impresiona cómo una corriente de opinión política está apoyando de forma acrítica con el Procés desde dentro de Podemos en Cataluña.
El objetivo de la estrofa nunca lo hemos podido entender desde una región habitualmente periférica. Y tampoco comprendemos que se establezcan paralelismos con los conflictos de pareja y del maltrato para estimular sentimientos y provocar adhesiones bajo banderas.
En este conflicto de dos partes nacionalistas o Proces hay una que no está interesada en compartir, es por lo que desde Podemos se ha defendido siempre un referéndum legal, como “el derecho a decidir” desde el principio de federalismo territorial.
En el Parlament catalán se han aprobado leyes contra la pobreza energética, la atención a los dependientes, se han hecho PNL para la renta básica, contra los recortes en los derechos laborales y de libertad de expresión, presentadas mayoritariamente a iniciativa de las CUP para corregir las desigualdades sociales y luchar por una justicia social.
La derecha nacionalista obligada por la geometría parlamentaria las ha apoyado “con desgana” a sabiendas, porque el TSJC u otros tribunales han dictaminado en contra del Parlament y derogan las leyes aprobadas por mayoría, por cierto, como en el resto de España. Y así son obligados con desgana, porque cuando las CUP no estaban en el Parlament, CIU y Esquerra han recortado derechos en Cataluña tantos como en el resto del Estado demostrando así su talante neoliberal.
En otra vuelta de tuerca parlamentaria se propone la república y la independencia, aceptada por los nacionalistas como fórmula para defender el parlamentarismo democrático desautorizado por tribunales y por el bloqueo económico desde Madrid.
Apelar a la independencia y la república son como recurso último en la defensa de los derechos de la mayoría social sí, pero teniendo en cuenta que la derecha catalana lo ha hecho obligada, ha tomado la iniciativa del Procés y los principios de las CUP al final han sido instrumentalizados como medio de forzar negociaciones gracias a la izquierda, en una posición de fuerza ante Rajoy, y así conseguir el propósito de regenerarse ante sus votantes como ha hecho el PNV, a golpe de dinero.
Las CUP y la defensa de los derechos de la mayoría han sido instrumentalizados siempre según se ha desarrollado el Proces capitaneado por la derecha neoliberal de Puigdemónt, y así ha servido mientras tanto para desactivar derechos políticos y sociales.
Esquerra Republicana ha lanzado la consigna de “España nos roba”, “Espanya ens roba”, que ha calado profundamente entre los independentistas catalanes. Y sin echar cuentas como hizo Borrell, redefinen en su territorio el robo pervirtiendo el discurso inicial de las CUP desde el 15M, “La Banca nos roba” y “No hay pan para tanto chorizo”, y así de paso Esquerra exime a los verdaderos culpables de responsabilidades.
Con el señuelo de la república y la independencia sin garantías legales, las derechas han realizado un acto perverso, caro, y teatral apelando a los sentimientos nacionalistas para que la gente cierre filas en torno a los corruptos y recortadores políticos.
Esperemos que en las próximas elecciones del 21D, bajo la amenaza del cheque en blanco que le han dado a Rajoy con el artículo 155, el PDCAT y PP no tengan banderas que les tapen sus intenciones, y se pueda al menos enviar legalmente a los corruptos a escuchar el canto del pajarito enjaulado, para que no lo confundan y lo distingan de los evocadores versos de Els cants dels ocells, con su triste melodía interpretada maravillosamente por Pau Casals.
*Rubén Enciso, miembro de Gentes de Apoyo y Opinión (GAO)
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