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Jorge Casanova, medalla de oro en la Internacional de matemáticas: “Las olimpiadas matemáticas también son amistad y diversión”

Jorge Casanova, primero por la derecha, con sus compañeros en la olimpiada matemática.

María Bosque Senero

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La International Mathematics Competition (IMC) ha congregado a más de 400 estudiantes internacionales en Blagoevgrad (Bulgaria), superando la participación del año anterior. La IMC, exclusiva para estudiantes de grado universitario, continúa siendo un trampolín para futuros matemáticos y la Universidad de Zaragoza (Unizar) ha vuelto a tener una presencia muy destacada. Los alumnos Jorge Casanova, medalla de oro, y Pablo Serrano, medalla de bronce, han conseguido dos de los tres puestos del podio en la competición. Además, Lucía Castán y Rafael Salazar han recibido cada uno una mención de honor.

Jorge Casanova, estudiante del doble grado en Física y Matemáticas de la Universidad de Zaragoza revalida el primer puesto en la International Mathematics Competition (IMC) que este año se ha celebrado en Bulgaria ¿Entraba este nuevo hito en sus planes?

Conseguir, de nuevo, una de las medallas de oro que se entregan en esta competición era una posibilidad que consideraba, y por eso había trabajado para ello. Es cierto que hay cierto pique con otros alumnos de universidades españolas, y eso fomenta e incentiva el crecimiento de cada uno de nosotros. Es un torneo competitivo, pero sobre todo colaborativo; juntarnos nos gusta a todos. Cada uno está en un lugar: Madrid, Barcelona, Zaragoza... y cuando nos encontramos disfrutamos mucho.

¿Cómo llegó a la competición?

El primer año que participé, en 2022, enviaron un whatsapp al grupo de matemáticas de la universidad. Alejandro Mahillo y Marcos Escartín organizan un seminario bisemanal en el que se trabajan problemas como los del concurso. Yo tenía la experiencia de las olimpiadas de bachillerato, había sido tan positiva para mí que enseguida me embarqué en esta aventura, y desde entonces no hemos dejado de reunirnos.

¿Cómo se prepara para una competición de este tipo?

Resolviendo problemas de otros años o concursos similares. No sabes a lo que te vas a enfrentar, así que se trabaja más en las diferentes formas de afrontar los problemas para entrenar a la mente y que esta sea capaz de encontrar una solución. Invertimos entre tres y cuatro horas de manera específica cada dos semanas a lo largo del curso, además del trabajo diario que dedicas durante la carrera, que también viene muy bien.

¿En qué consiste la International Mathematics Competition (IMC)?

El concurso se desarrolla en dos días, cada día son cinco horas de examen y cinco problemas a resolver. Pero no son los problemas clásicos, son más de tipo demostración, se basan en un proceso lógico con el que tienes que convencer al corrector del desarrollo que has hecho del problema. A veces los correctores son duros.

Y, una vez fuera de la sala de resolución de problemas, ¿qué sucede?

Comentamos las soluciones, ponemos en común el desarrollo que cada uno ha hecho de los problemas y determinamos cuáles de ellas han sido las mejores. Aprendemos los unos de los otros. Recuerdo un problema el año pasado que tenía dos soluciones muy distintas, no tenían nada que ver la una con la otra, pero ambas eran bonitas.

¿Cómo describiría la belleza en las matemáticas?

Es difícil de describir, pero se acerca a lo que se siente cuando escuchas una canción que te llega, o cuando ves una serie con una trama muy buena, sabes que te gusta y lo disfrutas. Para nosotros es lo mismo, pero con problemas matemáticos.

¿Qué le aportan en su futura carrera profesional estos dos galardones?

En el plano académico, aunque no tiene un peso oficial, se valora de manera positiva, pero en el plano laboral y en la empresa privada no lo tengo claro. A nivel personal lo hago porque me gusta, porque disfruto y es una excusa para conocer a personas con los mismos intereses que yo tengo. La participación en las olimpiadas de bachillerato, me ayudó a enfrentarme de una manera diferente a los contenidos que luego ves en la carrera. La preparación que conlleva hace que la mente esté más trabajada y que, de alguna manera, también esté más preparada. Digamos que llegas con la cabeza más amueblada.

Estudia el doble grado en física y matemáticas de la Universidad de Zaragoza, en septiembre comienza en quinto curso. ¿Qué le llevó a elegir esta formación?

Mi hermana estudiaba en la Universidad de Zaragoza, es una universidad con prestigio que ya conocía y eso, junto a la cercanía, me hicieron decantarme por Zaragoza. Yo soy de Olite (Navarra). Al principio dudé si coger solo matemáticas, pero como al final me daba la nota opté por el doble grado en física y matemáticas.

A las puertas del quinto curso, ¿hacia dónde encaminará su futuro?

Es algo sobre lo que tengo dudas, quiero hacer un máster, pero más allá no sé hacia donde se encaminará mi futuro. Tengo amigos de otras universidades que están en otros países y es una idea que está sobre la mesa, salir. Me gustaría quedarme, pero uno de los factores es precisamente esa oferta económica.

Matemáticas o física. ¿Cuál saca a bailar?

De momento a las matemáticas (sonríe). La física también me gusta, pero la parte experimental se me hace cuesta arriba.

¿Cómo se ve en el futuro?

Pensar a largo plazo en este tipo de carreras no beneficia mucho, así que prefiero ir paso a paso, porque a veces la vida te sorprende y los conocimientos necesitan su tiempo para asimilarlos. Las ideas preconcebidas no se suelen corresponder con la realidad; prefiero dejar que la vida me vaya sorprendiendo. En general soy positivo con aquello que está en mi mano, pero la situación geopolítica es complicada, pueden pasar cosas que no esperas y que lo cambian todo, por eso prefiero ser precavido. 

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