Tras el golpe de Estado de julio de 1936 se concentraron en la localidad oscense de Angüés, situada a 24 kilómetros de la capital oscense, dotaciones de varios puestos de la Guardia Civil bajo el mando del teniente Manuel Lahoz Julve, que se replegaron a Huesca ante la presión ejercida por las milicias organizadas en Barbastro.
En esta columna marcharon unos 80 vecinos de derechas de Angüés y otros 23 de ideales anarquistas, que fueron detenidos por la Guardia Civil y utilizados como escudos humanos. El 24 de julio de ese mismo año ingresaron en la Prisión Provincial de Huesca, donde llegaron durante esa semana en la que Angüés estuvo en manos de los sublevados 31 vecinos, todos ellos serían asesinados en Huesca en los meses siguientes. En su mayor parte se trataba de jóvenes, solteros y jornaleros, entre los que se encontraba el entonces alcalde de Angües, José Villacampa Bravo. Así lo relatan desde la la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO).
Entre los días 3 y 19 de enero de 1937 siete grupos de presos angüesinos fueron seleccionadas en la Prisión Provincial de Huesca para ser asesinados horas después. En tan sólo cuatro días, del 3 al 6 de enero, fueron asesinados 17 de ellos y otros nueve caerían bajo las balas de los piquetes de ejecución fascistas entre el 14 y el 19 de enero. Sus cadáveres fueron enterrados en diferentes fosas comunes del cementerio de Las Mártires de Huesca. Los nombres de estas víctimas de la represión fascista son: Emeterio Alpín Zaballos, Fabián Alsina Soliva, Román Arnal Mur, José María Batos Lacasta, Ramón Bonet Buil, Agustín Bravo Brusau, Ramón Briac Oliveros, Mariano y Santos Buil Tornil, Tomás Canudo Domper, Emilio y Miguel Cardiel Huguet, Bartolomé Casasín Pérez, Gregorio Espona Vitales, José Franco Carpi, Dionisio y Manuel Gallo Brusau, Demetrio y José Hugüet Ubico, Juan José Lomero Bravo, Domingo Ponz Conte, Domingo Tomás y Joaquín Rivera Sarvisé, Luis Val Buil, José Villacampa Bravo y Francisco Zamora Campo.
En la década de 1930 Angüés era un pueblo con poco más de 800 habitantes, con una economía basada en la agricultura y en menor medida en la ganadería, y que contó con una potente base de jóvenes anarquistas articulados en el sindicato local de la C.N.T.
Exhumaciones
A comienzos del año 2018 ARICO recibió una primera solicitud por parte del conocido militante anarquista Martín Arnal Mur, natural de Angüés, para localizar y recuperar los restos óseos de su hermano Román, asesinado el 4 de enero de 1937 por los sublevados. Por acción del propio Martín, su familia y miembros de la Confederación Nacional del Trabajo oscense, a esta solicitud rápidamente se sumaron otros muchos familiares de los angüesinos asesinados por el fascismo.
Martín Arnal Mur, recientemente fallecido a los 99 años, junto a la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (ARICO) y al Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca (CRMAHU), promovieron tres campañas arqueológicas de exhumación en el cementerio de Las Mártires de Huesca en 2018 y 2019. Posteriormente, se han realizado los necesarios estudios antropológicos y genéticos, así como todos los preparativos para un entierro digno.
En octubre del año 2018 se realizó una primera campaña arqueológica de exhumación, financiada por la Diputación Provincial de Huesca, cuyo resultado fue el hallazgo de una fosa común con cinco víctimas, todos ellos varones, que presentaban signos evidentes de muerte violenta por arma de fuego. Meses después se pudo identificar genéticamente entre ellos a Román Arnal Mur y se le comunicó la noticia a su hermano Martín Arnal Mur.
La segunda fase se desarrolló en julio del año 2019 y la tercera en octubre del mismo año, ambas gracias a ayudas de la Diputación Provincial de Huesca. En ellas se exhumaron un total de seis fosas comunes más en el cementerio de Las Mártires de Huesca, que contenían otros 21 cuerpos de hombres, nuevamente con signos evidentes de muerte violenta por arma de fuego. En total, entre 2018 y 2019, se exhumaron a 26 angüesinos víctimas de la represión fascista.
Los trabajos técnicos, coordinados por Miguel Ángel Capapé Garro, en representación de la asociación ARICO, han sido realizados por los arqueólogos Fco. Javier Ruiz Ruiz y José Ignacio Piedrafita Soler, la historiadora Cristina Sánchez Martínez, la antropóloga Miriam Gracia Martínez y el resto del equipo, quienes en la última década han excavado 35 fosas comunes de la Guerra Civil y la posguerra en Aragón, exhumando a 140 víctimas de la represión franquista, guerrilleros o soldados combatientes.
La Diputación Provincial de Huesca costeó dichas exhumaciones y los análisis genéticos mediante ayudas al desarrollo de la Memoria Histórica, el Ayuntamiento de Huesca se ha hecho cargo de la construcción de la sepultura y, finalmente, se consiguieron subvenciones del Ministerio de la Presidencia y del Gobierno de Aragón para costear los gastos de entierro y del homenaje público.
“Después de todos estos años de lucha, ha llegado el momento de realizar un homenaje público a estos 26 vecinos de Angüés asesinados por el fascismo por sus ideales anarcosindicalistas, que se celebrará mañana 6 de febrero a las 11:00 horas de la mañana en la explanada del cementerio de Las Mártires de Huesca”, exponen desde ARICO en nota de prensa. Posteriormente los cuerpos recibirán un entierro digno en la sepultura construida a tal fin.