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El renacer de La Cartuja de Las Fuentes

La Diputación de Huesca ha invertido más de 1,5 millones de euros en la rehabilitación de La Cartuja de Las Fuentes

Amanecía el siglo XVI cuando los Condes de Sástago fundaban la primera de las Cartujas erigidas en el Reino de Aragón. Como lugar de emplazamiento, los condes escogieron una antigua ermita dedicada a la Virgen de las Fuentes, corría el año de 1507 en los Monegros y la aridez de tierra y clima llevaron a sus moradores a abandonar este primer asentamiento.

Años más tarde, en 1589, la Orden Cartuja tuvo que regresar al monasterio para poder recibir una herencia que estaba ligada a la fundación. Estos recursos económicos permitieron emprender la construcción de un nuevo conjunto monástico situado en un llano cercano al antiguo establecimiento. Las obras de la nueva cartuja se prolongaron durante buena parte del siglo XVIII, siendo la etapa de mayor actividad constructiva la que va entre los años de 1745 y 1777.

Han sido muchas las etapas por las que ha pasado este conjunto desde esa primera época con la salida de los carmelitas y el regreso de los cartujos, ya el monasterio del siglo XVIII con los nuevos mecenas y la llegada del joven Bayeu hasta llegar a la desamortización de Mendizábal y la venta con sus propiedades. Luego llegó la compra por parte de Juan Romeo y la creación del balneario, tras el embargo y la compra en 1896 por Mariano Bastaras se transformaría en finca agropecuaria hasta la actualidad que es propiedad pública de la Diputación Provincial de Huesca desde 2015 y va recuperando su esplendor, incluso se ha visto convertido en plató de rodaje de la película Incierta Gloria.

Del pasado a un futuro que ya se ve

Hace ahora tres años que la Diputación Provincial comenzó los trabajos para sacar de la ruina y el olvido este conjunto donde ya se han invertido más de 1,5 millones de euros. Ya son visibles los primeros signos de recuperación donde destaca la rehabilitación de las cubiertas que integran el recinto sacro, cuyas obras están ya concluidas y han evitado la pérdida de más de 250 composiciones pictóricas. Este año se continúa esta senda con la reforma del antiguo edificio de portería para convertirlo en un centro de visitantes, entre otras obras que llegarán también al edificio de obediencias, los claustrillos y para llevar el agua hasta la Cartuja.

La Diputación de Huesca adquirió este conjunto para evitar un mayor deterioro de este importante ejemplo del patrimonio altoaragonés que fue declarado Bien de Interés Cultural. Recuperarlo había sido una reivindicación de Los Monegros desde hace más de dos décadas y ahora ya es nuevo punto de interés turístico y también de sujeción al que pueden asirse los habitantes de esta zona, a camino entre Sariñena y Lanaja.

Una visita que no deja indiferente

A la vez que sigue la rehabilitación, también volverá a abrirse al público un año más los fines de semana al público en una temporada que comenzará a partir de febrero y que permitirá al público adentrarse en uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura de la Ilustración en Aragón y en su particular historia.

Si algo llama la atención son los 2.000 metros de decoración pictórica que llenan de contenido los techos y muros de todo el monasterio en mayor conjunto mural del siglo XVIII de Aragón por su extensión. No en vano, se despliega a lo largo de 2.000 m2 en paredes, techos, bóvedas y capillas hasta la cúpula, a unos 20 metros de altura. Es la impronta de Manuel Bayeu que llegó a la Cartuja con una completa formación como pintor y capaz de planificar importantes reformas constructivas. Durante unos treinta años de su vida dejó en este conjunto su pintura mural, al fresco, al temple e incluso a la encaústica, además de algunas alegorías, coros angélicos, retratos de priores y los espacios en los que se encontraban los lienzos con escenas dedicadas a la vida de San Bruno.

Los visitantes que han conocido la historia de la Cartuja de las Fuentes se acercan ya a los 13.000 al cerrar el año 2018 y la DPH comenzará este año con una nueva fase de obras para seguir recuperando este relevante conjunto pictórico y arquitectónico que, tras salvarse de la ruina, poco a poco se está sacando a la luz.

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