El 56 % del alumnado en Zaragoza va a una escuela pública. El 44 % a una concertada. Sin embargo, el 78 % de los alumnos con necesidades especiales estudian en la pública y solo el 22 % en la concertada. Es esa la visión general de la situación de la distribución de estos alumnos en la capital aragonesa. También la cifra basilar sobre la que CGT (segundo sindicato con mayor representación en la enseñanza aragonesa) ha realizado el informe La segregación en la escuela concertada de Zaragoza.
Y de ese reparto general, dimanan multitud de cifras y porcentajes que culminan en que “el 61 % de los colegios concertados de Zaragoza discriminan a estos alumnos”, estableciendo el concepto de discriminación en los centros que tienen entre un 0 % y un 1 % de este tipo de estudiantes.
En el informe, elaborado a partir de datos oficiales del Servicio Provincial de Educación de Zaragoza y del propio Gobierno autonómico, se comprueba que la presencia media de este alumnado por centro (tanto público como privado) es del 5,23 % en Zaragoza. El 94 % de los colegios concertados está por debajo de esta media y solo el 6 % (tres centros: Compañía de María, Santa Magdalena y San Vicente de Paúl) por encima. La visión es antagónica si se trata de centros públicos: no hay ninguno que esté entre el 0 % y el 1 % y el 54 % está por encima de la media. En general, la escuela pública absorbe casi 4 veces más alumnos con necesidades especiales (7,19 % de media por centro) que la concertada (2,06 %).
Dentro de estos alumnos con ‘necesidades especiales’ se incluyen los denominados por CGT como ACNEAE (Alumno Con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo –situaciones socioeconómicas desfavorables, inmigrantes que no hablan castellano o alumnos de incorporación tardía al sistema educativo-) y ACNEE (Alumno Con Necesidades Educativas Especiales –síndrome de Down, trastornos del espectro autista, deficiencias visuales, problemas severos de movilidad o trastornos específicos del lenguaje-)
Los motivos
Desde CGT apuntan a tres posibles fenómenos que pueden explicar el origen de estas disparidades. Por un lado, explican que en los procesos de matriculación “se invita a las familias de estos alumnos a elegir la pública con la excusa de que ‘allí estarán mejor atendidos’”. Esto explicaría, por añadidura, el hecho de que el porcentaje de este alumnado en la concertada baje de educación Infantil a Primaria, y, por el contrario, suba en la pública: “Una vez son diagnosticados se les dice que en otro centro recibirían mejor atención, y muchos se cambian”, dicen en el sindicato.
Señalan también las barreras económicas: el 91 % de las escuelas concertadas en España cobra sobrecuotas, según la OCU. Esto, indican, “impide el acceso a personas de rentas más bajas, lo que de facto excluye a buena parte de la inmigración, a personas pertenecientes a minorías étnicas y a colectivos en riesgo de exclusión”. Incluyen también en estas “sobrecuotas” las extraescolares a las que es imposible negarse.
En el estudio tratan de desmontar la creencia de que la zona donde esté el colegio afecta directamente: un ejemplo es el centro concertado Padre Enrique de Ossó, en el que hay un 0 % de alumnos con necesidades especiales. Pero, a 3 minutos andando, en el colegio público Antonio Beltrán, hay un 30 %. En San Agustín tampoco hay de este tipo de alumnado, y el porcentaje en el San José de Calasanz (público y a 9 minutos) es del 11 %. Son las dos muestras más exageradas, aunque la diferencia es generalizada.
Renovación de conciertos
El momento elegido para presentar el informe no es casual, ya que dentro de muy poco el Ejecutivo autonómico ha de afrontar la renovación de los conciertos. Y uno de los aspectos más polémicos de la negociación entre PSOE y Podemos para sacar adelante las cuentas de la comunidad es la exigencia de los morados de dejar de ofertar hasta 28 aulas concertadas.
Sobre la mesa también está la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón que condena a la comunidad a conceder sendos conciertos educativos a dos colegios privados del Opus Dei de Zaragoza que segregan a los alumnos por sexo.
De conciertos, por tanto, se ha hablado, y mucho, en los últimos días en Aragón. Y parece que así seguirá siendo. La Federación Cristiana de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Aragón (Fecaparagon) ha iniciado una recogida de firmas en change.org contra el cierre de aulas concertadas que ya supera las 26.000 rúbricas.