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Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

Sumados multiplican, divididos restan

Yolanda Díaz e Irene Montero, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados el pasado 7 de marzo

Arsenio Escolar

20 de abril de 2023 22:16 h

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Dicen los socialistas que las modificaciones a la ley del 'solo sí es sí' pactadas con el PP son “puramente semánticas” como si esto fuera una bagatela, una nadería. Pues no: la semántica es mucho, y la lingüística es todo. Somos lengua, sólo la lengua nos hace humanos. La semántica estudia el significado de las palabras. Un matiz semántico puede evitar que un violador, por ejemplo, salga a la calle antes de tiempo, para dolor de su víctima y vergüenza del legislador que no sabe reconocer un error y enmendarlo a tiempo.

Como los humanos somos sobre todo lengua, la política ha devenido últimamente en lengua, en comunicación, en relato, en verdades, en mentiras, en realidades paralelas... El Génesis comienza con esa frase tan citada de “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, frase que Juan le enmienda y supera -semánticamente, que no es poco- con este otro comienzo, el de su Evangelio: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Con ello, ya no sólo los humanos somos lengua, también lo es la divinidad. Siglos después, Platón siguió por el mismo camino, y Jorge Luis Borges lo contó así, en endecasílabos, también en un comienzo, el de su poema El golem: “Si (como afirma el griego en el Cratilo) / el nombre es arquetipo de la cosa, / en las letras de 'rosa' está la rosa / y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'. / Y hecho de consonantes y vocales, / habrá un terrible Nombre, que la esencia / cifre de Dios y que la Omnipotencia / guarde en letras y sílabas cabales.”.

El Nombre, todo está en el Nombre. Es el poder taumatúrgico del Nombre, su Omnipotencia. A veces cuesta. Como a Sumar, buen nombre, buena marca, pero que por ahora no logra completar la suma, y no parece que sea inminente que lo haga. 'Sumar' es, en el Diccionario de las academias, cortapego y entrecomillo, “1. tr. añadir. (II agregar). U. t. c. prnl. A su falta de tiempo se suma ahora una nueva obligación. 2. Reunir en una sola varias cantidades homogéneas. 3. tr. Dicho de varias cantidades: Componer un total. 4. tr. desus. Resumir, compendiar, abreviar una materia que estaba extensa y difusa”. En lengua, el antónimo de sumar es restar, y el de multiplicar es dividir. A las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo, es casi seguro que Sumar y Podemos no llegarán juntos, sumados. Si tampoco llegan así, sumados, a las elecciones generales de finales de año, la posible suma se habrá convertido en resta, y la división habrá frustrado las expectativas de multiplicación. 

Este lunes, elDiario.es publicaba una interesante encuesta. El trabajo de campo se hizo entre el 3 y el 12 de abril pasados. Es decir, después de que, el día 2, Yolanda Díaz presentara oficialmente Sumar y confirmara que será candidata a la Presidencia del Gobierno con esa marca. Según la encuesta, si ahora se celebraran elecciones generales, Sumar sería la cuarta fuerza estatal y alcanzaría el 9,7% de los votos, y Podemos lograría el 6,3%. Un 9,7% es muchísimo para una marca nueva, recién creada. Pero no es tanto en términos de rendimiento en escaños en unas elecciones generales. Con ese 9,7% de votos, es improbable que Sumar entre en el reparto de escaños en 38 de las 52 circunscripciones electorales que tenemos, las 38 que reparten siete o menos escaños cada una. Sólo PSOE, PP, Vox, y los partidos nacionalistas hegemónicos en algunas zonas, lograrían escaños en esas circunscripciones medianas y pequeñas. Centenares de miles de votos a la izquierda del PSOE se quedarían sin rendimiento en escaños, sin conversión de esa fuerza en posibilidades de poder.

Las cosas serían bien distintas si Sumar y Podemos fueran juntos. El 9,7% de Sumar más el 6,3% de Podemos totalizan un 16%. Tercera fuerza estatal, por delante de Vox, al que la encuesta da un 15,4%. Sería además a Vox, y al bloque de derechas, al que arrebataría unos cuantos escaños que serían clave para que la izquierda siga en el Gobierno.

El Barómetro del CIS hecho público este jueves arroja parecidos resultados y una conclusión igual. El CIS da a Sumar el 10,6% de los votos y recoge una caída de PSOE y PP (elDiario.es) El instituto público da a Sumar un 10,6% y a Podemos un 6,7%, y a Vox lo deja en el 11,1%, bastante más abajo que en el estudio de Simple Lógica para elDiario.es antes citado. Juntos, Sumar y Podemos sacarían a Vox tanta ventaja en la tercera plaza que en algunas circunscripciones medianas y pequeñas probablemente inclinarían aún más escaños hacia la izquierda. 

La lengua no es una ciencia exacta, pero las matemáticas sí lo son. Parece claro que, sumados, Sumar y Podemos multiplican; y divididos restan.

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Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

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