El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, cree que “yo no tiene sentido extender demasiado más” el uso obligatorio de mascarillas en farmacias, hospitales y residencias de ancianos, aunque asegura que aún se debe evaluar “bien” cuándo deben dejar de ser obligatorias“.
Simón, que recibirá mañana en Oviedo la insignia de oro de UGT Asturias por su trabajo durante la pandemia, ha explicado que, “aunque se vaya a quitar la obligatoriedad pronto”, es importante seguir haciendo uso de la mascarilla en determinadas situaciones, como cuando las personas tengan alguna infección respiratoria o los colectivos vulnerables accedan a lugares “donde hay alto riesgo de transmisión”.
“Si extender un poco esa obligatoriedad en estos ámbitos concretos ayuda a que eso se quede en la cabeza de la personas, tampoco es un costo muy alto”, ha añadido antes de sostener que “no estaría de más” mantenerlas el tiempo que los profesionales de la Ponencia de Alertas consideren.
Simón ha añadido que, al igual que “hace cien años dejamos de compartir vasos, cubiertos o botellas o aprendimos a lavarnos las manos con epidemias previas”, ahora “sería bueno” que sigamos usando la mascarilla cuando estamos enfermos o si somos personas vulnerables en lugares de riesgo de transmisión. “Son cosas que tenemos que ir aprendido como sociedad”, ha apuntado.
Sobre el reconocimiento que recogerá este viernes ha señalado que es un galardón para todos los profesionales de la salud pública, que llevan “casi tres años trabajando mucho más de lo que en teoría deben hacer” y “dejándose la piel por todos” a lo largo de la pandemia. “Ahora lo que tenemos que hacer es estar más preparados para la siguiente”, ha indicado antes de apuntar que, una vez identificados los problemas que ha evidenciado la crisis sanitaria, ahora toca “corregirlos”.