El 10% del aire que respiramos procede de una sola bacteria en el oceáno, que resulta ser la más común en la Tierra. De nombre científico Prochlorococcus, es el organismo fotosintético más abundante del planeta; y resulta que le está dañando la contaminación por plásticos de los mismos humanos que dependen de él para una función vital como es respirar.
Es la principal conclusión de la investigación llevada a cabo por un grupo de científicos y publicada ahora en Communications Biology, interesados por uno de los aspectos menos conocidos de la polución marina por plásticos: el efecto de los químicos que estos expulsan cuando ya están desperdigados en el entorno marino. Como inciden estos científicos, mucho se sabe ya sobre el impacto económico de esta contaminación masiva, que cifran en 13.000 millones de dólares; y de sus causas: el aumento sin cese de la producción de plástico. Pero muy poco se conoce sobre cómo está afectando a los organismos más diminutos y que resultan claves.
La cuestión es que múltiples aditivos se añaden durante la fabricación de los plásticos para mejorar su rendimiento o su vida útil, como disolventes, estabilizadores, antioxidantes o antimicrobianos.
El equipo de investigadores expuso en el laboratorio a dos tipos de estas bacterias recogidas a diferentes profundidades en el océano a dos productos de plástico bastante comunes: bolsas como las que encontramos en cualquier supermercado y esterillas de PVC. Los aditivos de estos plásticos contienen una compleja mezcla de componentes orgánicos e inorgánicos, de los que los investigadores observaron 5.799 presentes en ambos productos: zinc, manganeso, níquel y cobre fueron algunos de los componentes encontrados.
En su estudio, descubrieron que todos estos químicos dañaban el crecimiento y las funciones de las bacterias, alteraban sus genes y afectaban a la cantidad de oxígeno que producen. “Nuestros datos muestran que la contaminación por plásticos puede estar teniendo impactos más allá de los conocidos en las aves o en las tortugas. Si de verdad queremos entender el impacto global de la contaminación por plásticos en el entorno marino y encontrar la forma de mitigarla, necesitamos considerar su efecto en los microbios fotosintéticos”, ha comentado Sasha Tetu, investigadora en la Universidad de Macquarie y autora principal del estudio.
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