La promesa al aire de Macron para incluir el cambio climático en la Constitución francesa
El Consejo de Ministros de Francia aprobó la semana pasada la propuesta del presidente de la República, Emmanuel Macron, de incluir en la Constitución la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático y someterla a consulta popular. Pero la reforma del texto constitucional debe ser votada en el Senado, controlado por la derecha.
La iniciativa responde a una de las exigencias principales de la Convención Ciudadana por el Clima, la asamblea climática francesa compuesta por 150 ciudadanos elegidos por sorteo que se celebró entre finales de 2019 y principios de 2020 para aportar soluciones a la crisis climática.
Samuel Leré (Angers, 1991), asesor político y portavoz de la Fundación Nicolas Hulot, ha estado en todo el proceso de la asamblea, pues los ciudadanos participantes pidieron que esta organización homónima de la estrella de la divulgación ambiental y exministro para la Transición Ecológica asistiera como experta. Hablamos con él para analizar qué recorrido real tiene el anuncio de Macron.
¿Qué opciones hay de que salga adelante la propuesta de Emmanuel Macron?
Es muy poco probable que esta reforma salga adelante, sencillamente porque Emmanuel Macron no tiene mayoría en el Senado, y según las primeras palabras del presidente del Senado hay pocas posibilidades de que esté a favor de introducir esa mención en el artículo 1 de la Constitución.
Incluso en el que caso de que estuviera de acuerdo, es cuestionable si sería apropiado celebrar un referéndum a menos de un año de las elecciones presidenciales en ese momento. Además, esta medida no supondría una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿En qué punto se encuentra el proceso actualmente?
El proyecto de reforma acaba de presentarse en el Consejo de Ministros. Para ser aprobado deberá ser votado por el Senado y la Asamblea Nacional con el mismo número de votos. Si las dos cámaras votan el texto, el presidente de la República podrá someter la reforma a un referéndum, como se ha comprometido, o ante el Congreso, que reúne a los senadores y diputados en Versalles. Por lo tanto, estamos muy al principio de la reforma.
¿Qué puede significar jurídicamente el anuncio de Macron de incluir la protección del medio ambiente –tal y como exige la Convención Ciudadana por el Clima– en la Constitución?
Si esta reforma se aprobara daría al Estado una casi obligación de éxito, según el Consejo de Estado. Obligaría a Francia a cumplir sus objetivos climáticos y bloquearía todos los proyectos de ley contrarios a la protección del medio ambiente, como la autorización de la explotación del gas de esquisto.
Si esta reforma no sale adelante, ¿cuál es el papel del movimiento de los chalecos amarillos o de la Convención Ciudadana por el Clima?
En la Fundación Nicolas Hulot no hacemos política-ficción, así que veremos si esta reforma llega hasta el final. Eso esperamos, pero hay pocas posibilidades de que tenga éxito. Por lo demás, la convención de ciudadanos no tendrá más que decir que el presidente de la República ha traicionado su promesa. Pero eso ya lo dicen muchos. La mayoría de las propuestas que hicieron en la asamblea ciudadana han sido eliminadas del proyecto de ley o destripadas. Por ejemplo, se ha eliminado la prohibición de vender los vehículos más contaminantes en 2025. La regulación publicitaria para prohibir la publicidad de los productos más contaminantes como los SUV se ha transformado en una prohibición de los combustibles fósiles, pero ninguna empresa informa sobre su producción de carbón o petróleo. Una vez más, con esta mayoría tenemos buenas palabras, pero ninguna acción concreta.
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