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Barbijaputa es el seudónimo de la articulista que encontrarás bajo estas líneas. Si decides seguir leyendo darás con artículos y podcasts sobre el único feminismo sensato que existe: el radical.

Greta Thunberg no va al colegio

Greta, un meteorito contra el cambio climático, impacta en Naciones Unidas

Barbijaputa

Greta Thunberg no gusta a la extrema derecha. Habla de cambio climático, y no de “camelo climático”, por lo que es una vendehumos y una metemiedos “progre”.

Greta tampoco gusta a algunos sectores de la izquierda más rancia, casualmente la más machista, porque según ellos es un producto capitalista. Da igual que Thunberg cargue contra ricos, contra el crecimiento económico, y contra la forma de vida que tenemos en el primer mundo, explotando al tercero.

Greta, sobre todo, no gusta a los hombres (sinceramente, supongo que las habrá, pero no recuerdo haber visto a ninguna mujer criticarla hasta ahora). Lo que le achacan, sobre todo, es que es una niña (con a, claro). Sus detractores hablan de ella en tono condescendiente, con un falso paternalismo que se ve a la legua: “debería estar estudiando”, “¿por qué no está en el colegio esta niña?”, “sí que te han robado la infancia, pero han sido tus padres”. Seguro que han leído todas estas cosas en redes últimamente. Sus detractores tienen un montón de planes para ella: estudiar, ir al colegio, jugar con sus amigos, hacer cosas de niñas.

Greta, en realidad, es una adolescente de 16 años, con un cerebro y una constancia que muchos quisieran para sí. Greta ya fue al colegio, con 16 años donde podría estar en todo caso es en el instituto. Pero es mujer, y eso conlleva forzosamente a su infantilización. En realidad, los que están contra ella no están preocupados en absoluto por su futuro, ni por su presente, están molestos porque una joven de 16 años no debería estar siendo relevante en un tema como el cambio climático. Para presentar Disney Channel, sí. Para actuar en series y películas, también. Para hacer de Lolita en cualquier pasarela, como decía Lena Prado, mucho más.

Hay hombres de superizquierdas (súper, ¿eh?) que no han hablado de cambio climático nunca, más que para cargar contra Thunberg. Los ultraderechistas hablan más que los primeros sobre la crisis climática, aunque sea para negarla, y son los atacantes premium de Thunberg. Ambas partes coinciden en que esta “niña” no debería ser abanderada de nada. En el extremo centro de la política también hay muchos hombres contra Greta, por supuesto, ¿qué es el centro, sino derechistas que no quieren reconocer lo que son?

Tener Asperger tampoco ayuda a Greta a hacer amigos. “Las caras que ponen dan miedo”, “esa niña no está bien”, etc. Greta preocupa a muchas personas, la verdad. Puede que sea el ser humano cuya salud y bienestar le quite el sueño a más gente.

Thunberg, por su parte, se dedica a lo que más le preocupa a ella y a jóvenes como ella: su futuro. Por eso la lucha contra el cambio climático está siendo liderado por su generación.

En el último discurso que ha dado en la cumbre de la ONU, prácticamente les ha escupido a los dirigentes presentas las palabras “me habéis robado mis sueños”, y luego se ha puesto sola en el lugar al que sabe que pertenece: “y aun así soy una de las afortunadas”. Porque sabe que el tercer mundo sufre y sufrirá mucho más los estragos del cambio climático, porque sabe que allí, en esos tres cuartos del planeta que explotamos desde esta porción privilegiada, hay miles de infancias sin sueños que robar.

Diría que hay mucho de adultocentrismo en las críticas a Thunberg, pero sinceramente, las mujeres adultas no cargan contra ella, y de hacerlo, no con la visceralidad y la vehemencia que lo están haciendo los hombres. Así que me reservo lo del adultocentrismo, de momento.

Os molesta Greta porque es joven, os molesta porque es mujer, os molesta porque habla con fuerza, os molesta porque se atreve a mirar de frente a dirigentes pomposos y apoltronados para decirles que la culpa es suya, que hablar de crecimiento económico es querer que creamos en “cuentos de hadas”. Os molesta porque es constante, ingobernable, porque no tiene ningún interés en gustaros a vosotros, y porque os está recordando todo lo que vosotros no estáis haciendo ni vais a hacer por el planeta.

Se les ve el plumero, señores. Quizás ustedes piensen que no, que están articulando muchísimos argumentos de peso para atacar a una de las personas más relevantes contra la crisis climática, pero lo cierto es que lo único que hacen es retratarse. El planeta arde y ustedes hablan de “caras raras” y de “productos de marketing capitalistas” para describir a una joven que inspira y que lucha, y cuyo discurso además hasta el día de hoy es abiertamente decrecentista y anticapitalista.

Cuando la sabia señala la luna... el tonto le dice que debería estar en el colegio.

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