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Vecinos de Basurto y ecologistas se alían para sensibilizar sobre el exceso de luz artificial

Gorka Ascorbebeitia

Bilbao —

A partir de las 11 de la noche, cuando los comercios y la hostelería ya han cerrado sus puertas, los vecinos de Basurto han salido esta semana a la calle para medir la iluminación del barrio. Acompañados de expertos de ‘Ekologistak Martxan’ y de técnicos especializados de la empresa Radimer y con la ayuda de un luxómetro se han dedicado a controlar si la luz emitida por las farolas municipales está dentro de los parámetros que fija el Ministerio de Industria: 30 luxes de media para una ciudad como Bilbao.

Según apunta la organización ecologista la capital vizcaína supera “con creces” esta medida en gran parte de sus calles. Sin embargo, siguen llegando quejas al Ayuntamiento de manera habitual que hablan de la supuesta mala iluminación de la villa. Y aunque todavía existen algunas zonas que sufren de un déficit de luz, parece que lo normal es Bilbao es que sobre. Este exceso agrava la contaminación lumínica de la ciudad, que ya no es apta para observar el firmamento, e incrementa considerablemente el consumo de energía.

“Derrochamos muchísima luz, es algo habitual en el norte del Estado y especialmente grave en Bilbao”, apunta Xabier Abian de ‘Ekologistak Martxan’. Haciendo uso del luxómetro de la organización, Abian ha medido la iluminación de varias calles y el resultado ha sido que la mayoría de ellas están muy por encima de lo aconsejado. “El Casco viejo está particularmente sobreiluminado, con calles que superan los 140 luxes. En Bertendona, por ejemplo, tenemos 100”, detalla.

Abian achaca esta situación a la “enorme presión” de los vecinos de Bilbao y a la relación que se establece en ocasiones entre la sobreiluminación y la seguridad. “La Gran Vía, por el contrario, está bien iluminada, con unos 30 luxes de media, y, sin embargo, nadie diría que es un sitio inseguro”, comenta el experto. Por todos estos motivos, la organización ecologista tuvo claro desde el primer momento que debía aliarse con las asociaciones vecinales para sensibilizar a la población sobre el exceso de luz.

Los primeros en apuntarse al carro han sido los vecinos de Basurto, pero la federación de asociaciones vecinales no descarta ir sumando otros distritos si los resultados son interesantes. Propusieron analizar 9 calles del barrio en total, 3 de ellas recién renovadas y sobre las que no consta ninguna queja y otras 6 que teóricamente no estarían bien alumbradas. Además de colaborar en las mediciones, los vecinos realizarán después una asamblea informativa para todo el vecindario y enviarán las conclusiones al Ayuntamiento. “Creemos que las tendrán en cuenta porque incluso hemos contado con una subvención municipal”, vaticina Javier Muñoz, presidente de la asociación vecinal.

Otro razón que podría inclinar la balanza a favor de los vecinos es que si el Consistorio reduce la intensidad de la iluminación de las calles a la mitad el ahorro energético y económico sería considerable. “La iluminación artificial no puede buscar que de noche se pueda leer el periódico en la calle, el objetivo debe ser que sea seguro caminar por ella y nada más”, apunta Muñoz.

Estudio sobre el consumo energético

Estudio sobre el consumo energéticoSiguiendo con las medidas de sensibilización sobre el consumo energético, la asociación de vecinos de Basurto también ha preparado una encuesta anónima para la que espera contar con la participación voluntaria de los residentes del barrio. La parte técnica de la misma ha sido elaborada también gracias al asesoramiento de ‘Ekologistak Martxan’. En ella se analizan la localización, características, tipo de energía utilizada y promedio de consumo anual de las instalaciones y la composición familiar de las viviendas, entre otros factores. El objetivo de la misma es concienciar sobre el consumo responsable evitando derroches.

“Por ejemplo, hay gente que pone la calefacción en invierno a 25 grados cuando entre 20 y 22 sería suficiente”, explica Javier Muñoz. Desde su punto de vista, una mayor concienciación sobre el consumo de energía podría suponer un ahorro económico para las familias y una mejora del medio ambiente en general. “Cuando terminemos, organizaremos una charla-coloquio para exponer los resultados a la que invitaremos a todo el barrio”, comenta. Su meta es que participen el mayor número de viviendas posible en el estudio y para ello han preparado un obsequio para todas las familias que estén dispuestas a colaborar.

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