Por desgracia, nos encontramos ante una nueva amenaza para los animales. La ultraderecha española va muy en serio por la explotación animal y contra la defensa de los animales. De hecho, mucho más que las ultraderechas de otros lugares, a las que normalmente el tema no les interesa demasiado (o incluso buscan atraer votantes hablando positivamente de ello). Vox podría no haber adoptado esta posición contraria a los animales, pero lo ha querido hacer, y el PP lo está aceptando, aunque no tendría tampoco ninguna necesidad de hacerlo. Podrían perfectamente no haberlo hecho, pero lo están haciendo. Y ello puede tener consecuencias muy negativas, al causar que haya todavía más sufrimiento y muerte de animales del que había.
Su plan contra la defensa de los animales incluye al menos tres frentes:
- Apoyos económicos a la explotación animal.
- Criminalización y amedrentamiento, legal y social, de quienes defienden a los animales.
- Guerra cultural contra la defensa de los animales: propaganda activa a favor del especismo; ensalzamiento de la explotación animal; denostación del cuestionamiento del especismo.
Lo primero lo habíamos visto ya, aunque a menor escala.
Lo segundo tiene algunos precedentes, como las multas por protestar contra la caza o la tauromaquia, o el montaje legal en 2011 contra la defensa de los animales, que acabó con tres personas encarceladas y otras ocho detenidas e incomunicadas. Pero ahora el peligro podría ser muchísimo mayor. La creación -propuesta por la Federación de Caza y en un manifiesto aprobado por Vox y PP- de un observatorio contra la defensa de los animales podría utilizarse para multiplicar los montajes judiciales contra quienes se implican en su defensa. Incluso podría también servir para recabar sus datos personales y filtrarlos a explotadores de animales que quisiesen actuar contra esas personas.
Lo tercero es inédito, y, si sucede, podría crear una oposición formidable a quienes buscan un mundo menos terrible para los animales. Hasta ahora el principal obstáculo para el avance del antiespecismo y el respeto por los animales era la indiferencia por estos. Pero no nos habíamos enfrentado a un esfuerzo organizado y respaldado por el aparato del Estado y mediático por convencer a la población de que el especismo es correcto. Por desgracia, este esfuerzo ya ha comenzado, aunque todavía no a gran escala.
Hasta ahora siempre hemos conseguido que la reivindicación de justicia para los animales crezca en el número de personas concienciadas. Ahora estamos ante un riesgo real, inaudito, de freno de tal avance.
Yo nunca había publicado un artículo así. Pero es que, al menos a lo largo del territorio español, tampoco había visto una amenaza tan seria como esta en los aproximadamente treinta años que llevo implicado en la defensa de los animales, quizá con la única excepción del montaje judicial de 2011.
Si nos importa lo que les pueda pasar a los animales, creo que debemos actuar para que todo esto no ocurra. Esto va muy en serio.
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