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Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Liberación animal bajo el apartheid israelí

Ahmad, fundador de Palestinian Animal League (PAL)

María R. Carreras / Tras los Muros

25 de agosto de 2017 20:42 h

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La Palestinian Animal League (PAL) es la única organización por la Liberación Animal que opera en Palestina. En sus inicios, el fin de su actividad era tratar la violencia en los jóvenes que, como consecuencia de las vivencias en un contexto de apartheid y ocupación militar, reproducían comportamientos agresivos contra otras personas y también contra animales.

Con el tiempo, los miembros de la organización tomaron conciencia de la opresión que sufren los animales y decidieron orientar sus objetivos hacia una búsqueda de liberación más amplia, incluyendo en su proyecto la solidaridad también con los no humanos -conviene recordar que animales somos todos- y transformando el proyecto en uno por la liberación animal.

Liz Tyson trabajó con PAL entre 2014 y finales de 2016. En noviembre del año pasado visitó el Estado español como portavoz internacional de la organización para explicar el trabajo que llevan a cabo en Palestina. En sus conferencias, a través de una serie de mapas que muestran la evolución histórica del territorio fruto de la ocupación militar desde 1947 hasta la actualidad, Liz nos puso en el contexto de opresión y apartheid que sufre el pueblo palestino y las consecuentes dificultades a las que un proyecto como PAL se enfrenta en un escenario de esta naturaleza.

La organización fue creada por una persona cuya vida, como la de muchos y muchas palestinas, ha estado marcada por el apartheid sionista. Ahmad Safi tenía siete años cuando su casa fue bombardeada, pero su familia se quedó sin hogar mucho antes, cuando sus abuelos se vieron obligados a huir del pueblo donde vivían. Su abuela dio a luz al padre de Ahmad el día anterior a la llegada de los soldados al pueblo. Se enteraron de que los soldados se dirigían hacia ellos y, pese al peligro añadido de escapar con un bebé de un solo día de edad, decidieron huir y consiguieron sobrevivir. Desde entonces han tenido que vivir en el campamento, refugiados para siempre en su propio país, dejando atrás un hogar que ni siquiera existe ya.

Él ha dedicado su vida al desarrollo social de su comunidad. Su activismo ha adoptado múltiples formas, entre las que destaca su esfuerzo por vincular la protección animal con el fomento del empoderamiento entre la juventud palestina, fundando en 2011 la Palestinian Animal League (PAL).

Analizamos con ellos las implicaciones de su activismo y también el vegan washing, que como antiespecistas nos preocupa. El gobierno de Israel instrumentaliza la lucha LGTBQ con el fin de legitimar el apartheid en Palestina. Tel Aviv, por ejemplo, se proyecta al mundo como una de las ciudades más «gay friendly». Al mismo tiempo, neutraliza mediante sus políticas de apartheid y bloqueo de derechos civiles y políticos a la comunidad LGTBQ palestina. La lucha por los derechos animales y el veganismo es instrumentalizada de forma similar. Un ejemplo lo encontramos en las botas aptas para «veganos», de material sintético, que el ejército de Israel ofrece a sus soldados.

Después de algunas dificultades hemos conseguido finalizar esta entrevista que fue planteada a finales del 2016.

¿Cómo surgió la Palestinian Animal League?

Ahmad: PAL se fundó oficialmente en 2011, pero el trabajo de la organización empezó unos años antes. Trabajábamos con gente joven en campos de refugiados en Cisjordania, en proyectos de empoderamiento. Estos chavales crecen en un entorno muy complicado. Ven violencia a diario. Son chicos y chicas que son detenidas en puestos de control todos los días, sufren amenazas de violencia y la violencia en sí misma y pueden correr el riesgo de ser llevados a prisión con poca o ninguna explicación en cualquier momento. Además, ven cómo atacan, humillan, encarcelan, lesionan o asesinan a sus seres queridos. De hecho, es justo decir que cada palestino sabe de alguien que ha sido asesinado por el ejército israelí. Cada palestino sabe de alguien que ha sido encarcelado, demasiado a menudo sin vista ni juicio. ¿Es de extrañar que estos chavales crezcan reproduciendo la violencia que ven cada día, tanto entre ellos como hacia los demás? Crecer en un ambiente tan opresivo les enseña que la violencia es la norma y les lleva a creer que la violencia es la solución a sus problemas, en vez de verla como la raíz que los causa. Sé esto muy bien porque yo también fui un niño creciendo en un campo de refugiados en Cisjordania. Su historia es mi historia también.

En un intento de ayudar a liberar a los jóvenes de nuestra comunidad del ciclo de violencia en el que se encuentran atrapados, algunos colegas y yo mismo comenzamos a trabajar en proyectos que ayudaban a los niños a fomentar la compasión y el cuidado hacia los animales, como medio de ayudarlos a canalizar su atención y frustración hacia resultados más positivos. Queríamos ayudar a demostrar que la violencia no es la respuesta a la violencia. Estos primeros proyectos podían tomar la forma de plantar árboles en nuestra comunidad para fomentar la vida silvestre, o simplemente pasar tiempo con animales, como perros y gatos, para normalizar el contacto de cuidados y la interacción. Aquellos proyectos pusieron la semilla para la Palestinian Animal League (PAL), que continúa creciendo hoy.

Vuestra organización no surge para luchar contra la explotación animal, sino que fue haciéndose a medida que entendíais que los animales no humanos también son oprimidos. ¿Es ahora la Palestinian Animal League una organización por la Liberación Animal?

Ahmad: Exactamente. En realidad, aunque reconocíamos la relación entre la violencia ejercida contra los animales y la violencia ejercida contra las personas, nuestro trabajo inicial se centró en ayudar a la gente joven a gestionar su ira y su frustración. En cierto sentido, el elemento de protección animal era algo así como un subproducto de ese trabajo. Pero, con el tiempo, y especialmente cuando comenzamos a expandir y desarrollar nuevos contactos con el movimiento por los derechos animales a nivel internacional, nuestro trabajo comenzó a cambiar su enfoque. Ahora mismo, si bien el trabajo por el empoderamiento de los jóvenes sigue siendo una parte fundamental de lo que hacemos, diría que la parte de protección animal tiene la misma importancia. De hecho, el reconocimiento de que los derechos humanos y los derechos animales deben atenderse a la vez es algo que atraviesa todo lo que hacemos. En la actualidad nos identificamos primeramente como una organización de derechos de los animales, pero con un fuerte enfoque en las intersecciones con los derechos humanos.

Vivís bajo la ocupación militar. Vuestras casas son bombardeadas, vuestra gente es perseguida, encarcelada, torturada y asesinada. Y pese a ello, trabajáis por la liberación animal. Rompéis con la idea que se tiene de los defensores de los animales como gente acomodada. ¿Es para vosotros la liberación animal una lucha emancipatoria tan necesaria como la liberación de vuestro pueblo?

Ahmad: Creemos que los derechos de todos los seres vivos están interconectados y no pensamos que estar bajo la ocupación nos dé derecho a abusar de los animales. Rescatar y proteger tanto a humanos como a animales es parte de nuestra lucha. Los palestinos son tanto animales humanos como no humanos; cada uno tiene su propio valor inherente.

Algunas de vuestras campañas no exigen el fin de la explotación animal. ¿Responde esto a una decisión estratégica?

Liz: Esto es algo sobre lo que hemos reflexionado intensamente desde hace mucho tiempo, y ha sido un tema de mucha discusión desde que PAL se fundó. Tenemos un proyecto que busca mejorar las vidas de los caballos y burros que trabajan, cuando, en realidad, preferiríamos ver el fin definitivo del uso de animales como herramientas para el beneficio de los humanos. Nuestro problema es el hecho de que somos la única organización de protección animal en Palestina, unido a la actual falta de concienciación en todo lo que rodea al bienestar animal o a los derechos animales en la región. Creemos que si adoptásemos una postura firme por los derechos animales en nuestro enfoque, no solo no sería efectivo, sino que significaría que aquellos animales cuyas vidas podrían ser radicalmente mejoradas serían ignorados. Por lo tanto, hemos elegido continuar trabajando hacia la liberación total a través de nuestro trabajo de divulgación vegana, educación y sensibilización pública, pero también trabajamos para mejorar las condiciones de vida de los animales que sufren ahora mismo. Este enfoque podría ser interpretado como conflictivo, o incluso hipócrita, pero estamos convencidos de que es el enfoque correcto para Palestina en este momento preciso.

Teniendo en cuenta la situación actual de Palestina, ¿es accesible una alimentación vegana para cualquier persona?

Ahmad: Totalmente. Tradicionalmente, la dieta palestina estaba formada por frutas, vegetales, semillas, frutos secos y legumbres. Somos una nación de agricultores. Tristemente, a partir de la Nakba en 1948, cientos de miles de palestinos fuimos separados de manera permanente de nuestra tierra y fuimos forzados a mudarnos a los campos de refugiados, donde nos volvimos dependientes de la ayuda alimentaria, sobre todo de Naciones Unidas. Estos envíos de comida cambiaron las bases de la dieta palestina e introdujeron nuevos elementos, como carnes enlatadas. Si bien anteriormente la carne formaba una pequeña parte de la dieta, desde ese momento aumentó. Dicho esto, el consumo de carne en Palestina es de 25 kg per cápita. Si comparamos esto a los países de nuestro alrededor, es extremadamente bajo. Por ejemplo, Israel, que se promociona como “el país más vegano del mundo”, tiene un consumo de carne per cápita de 82 kg al año. Son los mayores consumidores de carne en la región.

Liz: Lo que encuentro realmente interesante cuando visito Palestina es la percepción frente a la realidad, tanto dentro como fuera de Palestina. La gente me pregunta a menudo si encuentro difícil encontrar comida vegana allí, pues hay una fuerte percepción de que la dieta incluye mucha carne. Estoy segura de que esto es debido, en gran parte, a la creciente islamofobia en Europa y a la demonización permanente de la matanza halal. En los medios, vemos con regularidad imágenes de animales siendo ejecutados en las calles y parece que esta representación deformada se ha infiltrado en la conciencia del público en relación con esta cuestión. De hecho, no podría ser más fácil ser vegana en Palestina y la comida que yo he comido allí es abundante, asequible y accesible. Me parece interesante que, si bien la gente palestina cuestiona a menudo el concepto de veganismo, y he escuchado muchas de las mismas excusas que una oiría en Europa sobre “necesitar carne” en la dieta, es perfectamente normal que esas mismas personas que desafían el veganismo coman “accidentalmente” de forma vegana en muchas (si no la mayoría) de sus comidas. El desayuno habitual se compone de hummus, foul (plato compuesto principalmente por habas, aceite, perejil y comino), pan y vegetales. El falafel está disponible en todas partes y puede ser consumido en cualquier momento del día. Las hojas de parra, las sopas, el arroz y otros platos vegetales son una parte habitual en la dieta diaria. Puedes darte un festín vegano tanto en la cafetería más asequible como en el restaurante más caro. La única diferencia es que la comida no se anuncia como vegana, pues hoy en día en Palestina aún hay poca comprensión (o más bien interés) en el concepto de veganismo, algo que estamos trabajando para cambiar.

A qué situaciones se enfrenta un activista por la Liberación Animal en Palestina.

Liz: Vivir bajo la brutal ocupación militar de Israel significa que actividades que pueden ser desarrolladas de forma sencilla, o al menos de forma segura, en países occidentales, pueden convertirse en asuntos de vida o muerte para nuestro equipo palestino, lo que obviamente tiene una gran influencia en su habilidad para llevar a cabo su trabajo como activistas. Desde la incapacidad de importar algunos materiales o medicinas para nuestros programas de veterinaria, a literalmente no poder viajar de un lugar a otro debido a toques de queda militares, cortes de carreteras o amenazas de violencia. La ocupación impacta cada aspecto del día a día y hace que el trabajo de nuestro equipo, ya difícil de por sí, sea aún más complicado.

Una manifestación como la del 5N (3) de Madrid es impensable en Palestina, pues Israel ha declarado ilegal toda manifestación en territorios ocupados. ¿Cuáles son las herramientas imprescindibles para vuestro activismo bajo la ocupación?

Ahmad: El increíble apoyo que recibimos de la comunidad local, sobre todo de parte de la gente joven, es quizá nuestra herramienta más poderosa. Nuestro trabajo está fuertemente centrado en la educación y en el empoderamiento de la juventud, y tenemos la suerte de poder disponer de unos 300 jóvenes voluntarios en todo el país que apoyan nuestro trabajo. Somos incapaces de llevar a cabo manifestaciones públicas o incluso reunirnos en grandes grupos, pues es peligroso para nosotros, pero llevamos a cabo actividades habituales en muchas ciudades y pueblos diferentes de toda Palestina y cada vez más en los 48 (Israel moderno). Esta solidaridad, apoyo y trabajo duro son sin duda las herramientas más poderosas que tenemos para lograr un cambio.

¿Cómo os financiáis?

Liz: Tenemos la suerte de tener apoyo desde todas las partes del mundo, tanto de individuos como de instituciones. Nuestro trabajo se financia actualmente por una combinación de subvenciones específicas a proyectos y de donaciones individuales. La amplia mayoría de ellas vienen de la comunidad internacional, ya que, si bien hay una fuerte cultura del voluntariado en Palestina, no hay mucha cultura de hacer donaciones económicas, por lo que necesitamos buscar fuera ese apoyo.

¿Recibís críticas dentro de vuestra comunidad por el trabajo que realizáis? ¿Cuáles?

Ahmad: Inicialmente, cuando comenzamos, mucha gente nos decía «¡Oh! ¿Entonces ya habéis resuelto todos vuestros propios problemas? Vemos que tenéis tiempo para los animales, pero no para las personas». Esto era una reacción precipitada por su parte, que pronto entendieron que no era correcta. Nuestro trabajo siempre ha dado la misma prioridad a los derechos humanos y no humanos. Cuando aquellos que nos criticaron nos vieron ayudando a la gente joven y desarrollando proyectos en la comunidad, se dieron cuenta de que lo que estábamos haciendo beneficiaba a todo el mundo.

¿Trabajáis o colaboráis con otras organizaciones palestinas? ¿Con cuáles y en qué medida? Liz, tú que tienes experiencia internacional, ¿destacarías la solidaridad entre activistas palestinas?

Liz: Trabajamos de forma muy cercana con una serie de instituciones educativas en Palestina, y tenemos relaciones muy fuertes de apoyo mutuo con ellas. Lo que me parece muy interesante es que, comparando el activismo en Palestina con el de países europeos, me di cuenta de que los individuos en Reino Unido, por ejemplo, tienden a implicarse en el activismo mucho después de un largo periodo de aprendizaje o compromiso individual. Así, alguien puede aprender sobre veganismo o derechos animales y llevar a cabo compromisos personales con la causa antes de buscar fuera para ver cómo puede implicarse más en el movimiento a gran escala. En Palestina, lo que hemos observado es lo contrario. La gente joven se compromete seriamente con nuestros proyectos y van aprendiendo mientras van haciendo. Así que el activismo en su caso viene primero y el compromiso personal con los derechos animales llega después. Ha sido interesante ver a gente joven dar el paso al veganismo o comprometerse con los derechos animales durante los proyectos y me ha impactado como forma verdaderamente inclusiva y efectiva de apoyar a las personas en su implicación con el movimiento más amplio de los derechos animales.

Dentro de las organizaciones de lucha también existe sexismo, que cada vez con más frecuencia es criticado en estos contextos. Nos han transmitido que se ha formado un grupo de mujeres entre las activistas de PAL para trabajar cuestiones de género ¿podéis explicar algo más sobre este tema?

Ahmad: En PAL, como organización interseccional , apoyamos todo tipo de ideas y de identidades de género. Además, alentamos las iniciativas que apoyan esta cuestión. El grupo que estaba tras la idea genial de abrir la primera cafetería vegana en Palestina era también un grupo de chicas jóvenes. Estas jóvenes tienen derecho a pensar, promover y moverse libremente para conseguir sus objetivos y necesidades. A pesar de la mirada occidental sobre la situación de las mujeres y las jóvenes palestinas, que las ve como oprimidas y sin ningún tipo de derecho, la realidad de estas fantásticas chicas y mujeres es muy diferente. Al menos no es la forma en la que se las retrata en los medios occidentales.

Hasta ahora, no hemos llevado a cabo ningún proyecto que esté relacionado con el género, pero apoyamos y alentamos que las mujeres lleven a cabo actividades en nuestras organizaciones. Constatando que tenemos muchas voluntarias, estamos contra el sexismo en nuestra organización y también en nuestra sociedad.

¿Qué es el 'vegan-whasing'? Tel Aviv se vende como una ciudad 'vegan friendly', ¿la sociedad palestina encuentra más rechazo debido a esto?

Ahmad: El hecho de hacerle un lavado de cara a la opresión, mostrando cierta moralidad o apoyo a una causa social, en este caso hacia el «veganismo», utilizandándolo como herramienta de distracción de la realidad de lo que la ocupación supone realmente para las personas a las que se está ocupando es lo que llamamos 'vegan-washing'. El vegan-washing es utilizado por el estado israelí para probar que son veganos en el sentido de que están en contra de la matanza de animales. Así es como quieren aparecer retratados ante el resto del mundo, la «moralidad» de la ocupación, sus gentes y su ejército. Sin embargo, esta idea de ser 'vegan friendly' es controvertida. Lo primero, mientras se anuncian como personas contra la matanza de animales, están humillando y matando palestinos. Cuando tratan de mostrar ante el mundo que son personas que defienden y apoyan los derechos, incluso los derechos animales, están por otra parte, violando todos y cada uno de los derechos de los palestinos. De esto se trata el 'vegan-washing'. Además, si echamos un vistazo al consumo general de carne en el estado ocupante, encontramos que tienen uno de los promedios de consumo más elevados de todo el mundo. Consideramos que esto es propaganda para lavar la imagen de la ocupación.

Podemos concluir que el régimen israelí de vegan-washing es de hecho especismo. El modo en el que apoyan y defienden los derechos animales y al mismo tiempo violan los derechos humanos indica que valoran más las vidas de los animales que aquellas de los humanos, o al menos más que las vidas de los palestinos. Haciendo eso, no apoyan la igualdad entre humanos y animales, ni que estos sean iguales ni que ambos merezcan derechos o ser tratados de forma humana. No puedes estar contra la matanza de un animal y luego otro día matar a un ser humano, y esta afirmación es igual de verdadera a la inversa. Esto es lo que nosotros queremos decir cuando hablamos de antiespecismo.

Es importante observar que el vegan-washing no es el único método de lavado de cara utilizado por Israel para retratarse a ellos mismos con una imagen humanitaria y distraer así a la gente de sus violaciones de los derechos humanos de los palestinos. El pink-washing es utilizado en Tel-Aviv para presentarse como una ciudad que apoya y defiende fuertemente la comunidad LGTBQ+ y lo prueba mediante enormes desfiles que celebran cada año. Israel también se promueve como un estado que pide igualdad de derechos y derechos para las «minorías», dejando de lado el hecho de que al mismo tiempo están violando los derechos de otras personas.

Si los movimientos de derechos animales de Israel tienen el poder para efectuar cambios dentro de sus comunidades, por qué, hasta ahora, no han intervenido en las cuestiones relacionadas con derechos animales causadas por la ocupación israelí en Palestina. Así como el muro de apartheid que impide el movimiento natural y estacional de los animales entre ambos lugares, o las zonas industriales dentro de los asentamientos y sus efectos venenosos, que dejan sin ser tratados o reciclados y que pueden causar daños a la vida natural.

Durante tu conferencia, explicaste cómo el ejército israelí utilizaba perros contra losciudadanos palestinos. ¿Podrías ampliar esta información?

Liz: Las Fuerzas de Ocupación Israelíes enseñan y entrenan a sus perros a atacar a los palestinos. Los usan en los puntos de control entre las ciudades palestinas y en el interior de las ciudades. Haciendo esto, están utilizando a una criatura natural como máquina de matar contra los palestinos, cosa que es, en nuestra opinión, una violación tanto de los derechos humanos como animales. Por no hablar de la relación entre Holanda e Israel, donde el ejército israelí importa a sus perros, bien entrenados en cómo atacar a palestinos, utilizados como soldados del ejército israelí.

Cuál es vuestra opinión del movimiento BDS (boicot, desinversiones, sanciones)

Ahmad: BDS es uno de los movimientos más interesantes que combaten el apartheid. Fue inspirado por el movimiento anti-apartheid sudafricano. Lucha contra Israel y su continua construcción ilegítima de asentamientos en tierras palestinas y sus productos. Lo más interesante es que el movimiento BDS se extiende para incluir la lucha contra las inversiones, llamando a los académicos y a las grandes empresas del mundo al boicot de Israel. Apoyamos este movimiento en la medida en que es luchar contra el régimen de apartheid de un modo pacífico, sin violar ninguna ley internacional. Es un movimiento anti-racista que reclama justicia e igualdad para los palestinos de formas no violentas. Llama al boicot de Israel y a imponer sanciones para presionar y que cumplan con la ley internacional y sus tratados y respete las leyes de derechos humanos también.

NOTAS

(1) ¿Pinkwashing israelí? «Hamás, el ISIS e Irán matan a gais como yo». Artículo sobre Pinkwashing que puedes visitar en este enlace.

(2, 4) El término interseccionalidad fue acuñado por primera vez por la académica feminista afroamericana Kimberlé Crenshaw en 1989, demostrando la interconexión de las discriminaciones de raza y sexo. «Demarginalizing the Intersection of Race and Sex: A Black Feminist Critique of Antidiscrimination Doctrine, Feminist Theory And Antiracist Politics».

(3) El 5N (5 de noviembre) fue la fecha elegida para la primera manifestación de carácter estatal reivindicada como antiespecista en el Estado Español. La fecha, además de coincidir con el 15 aniversario de la muerte de Barry Horne tras una huelga de hambre en una cárcel británica enmarcada en su firme oposición a la vivisección, se celebró días después del día internacional del veganismo (1 de noviembre). En este enlace tienes más información.

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