Lesión del supraespinoso del hombro
La lesión del músculo supraespinoso, músculo localizado en la articulación del hombro, es una de las lesiones más frecuentes del organismo. El tendón del supraespinoso, responsable en concreto de esta afección, discurre por debajo del techo del hombro en el espacio subacromial y forma parte del manguito rotador. El manguito rotador se compone de los tendones de cuatro músculos que rodean estrechamente la articulación del húmero. De estos músculos y tendones, el tendón supraespinoso es el que está expuesto a los mayores esfuerzos, por lo que a menudo está relacionado con el dolor que se experimenta en la tendinitis del manguito de los rotadores.
Patología del supraespinoso
La patología del supraespinoso suele producirse al separar el brazo 90º, situación en la cual, la tuberosidad de la cabeza del húmero comprime el manguito rotador contra el acromion, provocando dolor agudo. El cuadro clínico que caracteriza estas lesiones se incluye dentro de lo que se llama síndrome de pinzamiento subacromial. La creencia común es que la compresión del tendón del supraespinoso provoca la tendinitis del supraespinoso (inflamación del supraespinoso / tendón del manguito rotador y / o los tejidos blandos peritendinosos contiguos), que es una etapa conocida del síndrome de pinzamiento del hombro (fase II), descrito originalmente por Neer en 1972. Los procesos que caracterizan un síndrome de pinzamiento subacromial afectan generalmente otras estructuras, además del tendón del supraespinoso. De ahí que, y una vez instaurada la lesión, la cronicidad de la misma supone la afectación de otros músculos que se adaptan y dificultan la exploración de diagnóstico.
Para poder entender con claridad la complejidad de esta lesión es necesario tener una correcta valoración de la articulación del hombro.
La articulación del hombro, está formada por la unión de la cabeza del hueso húmero y la cavidad glenoidea de la escápula. Es la articulación dotada de mayor movilidad del cuerpo, lo que sucintamente la convierte en una de las más complejas e inestables.
Es una articulación que registra porcentajes de movilidad especialmente llamativos en comparación con otras articulaciones, destacando este dato por encima de su componente de fuerza o estabilidad.
Es a la vez una de las articulaciones más complicadas de testar al presentarse realmente como un complejo articular formado por cinco articulaciones. Hablar de la articulación del hombro es hablar realmente de un complejo articular formado por cinco articulaciones, de las cuales tres son articulaciones verdaderas: la escapulohumeral, acromioclavicular y la esternocostoclavicular, las otras dos, son articulaciones falsas: subdeltoidea y escapulotorácica. Las cinco funcionan simultáneamente y en proporciones variables de un grupo a otro.
La complejidad de la articulación
A pesar de que no se trata de una articulación de carga, presenta una gran vulnerabilidad a los traumatismos directos como indirectos, lo que unido a la gran complejidad de acción de los músculos que la componen el estudio de las causas de lesión resulta un verdadero reto de estudio biomecánico.
Algunos datos que confirman la dificultad y a la vez la complejidad de esta articulación pueden ser que tan sólo cuatro de los veintiséis músculos que actúan sobre el hombro tienen acción directa sobre la estabilidad glenohumeral, el resto actúan mediante mecanismos indirectos como la tensión muscular producida por el tono muscular, la compresión producida durante la contracción muscular y el efecto barrera que produce esta misma contracción.
Otro dato sorprendente es la falta de congruencia entre las dos superficies óseas principales de contacto, el húmero y la escápula. La cabeza humeral queda alojada en una cavidad situada en la escápula, en su borde superoexterno, cavidad glenoidea, que presenta un diámetro menor que la cabeza humeral. De tal forma que ante una estructura convexa como es la cabeza del húmero existe una estructura cóncava que la alberga como lo es la cavidad glenoidea con una proporción 4/5 veces más pequeña que ésta. Esta incongruencia favorece la alta movilidad del hombro pero a su vez facilita los componentes de luxación o subluxación de la misma.
Finalmente, y en relación con este último dato, en recientes estudios sobre los mecanismos anatómicos de estabilidad en el hombro, sorprende saber que uno de los mecanismos principales de estabilidad del mismo se encuentra en el medio líquido que alberga la cápsula, a través de su presión frente a acciones de movilidad a modo de embudo evitando la luxación e imprimiendo coaptación a la articulación.
Ante la complejidad de esta lesión y del conjunto de articulaciones que se ven relacionados, el próximo artículo continuaremos tratando la lesión del músculo supraespinoso pero en esta ocasión centrándonos en las causas que lo pueden originar y su tratamiento.
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