El español Alberto Contador, del Astana, aguantó la maglia rosa del Giro'08 por sólo cuatro segundos ante el italiano Ricardo Ricco (Saunier Duval) en una etapa que el ganador del pasado año, el italiano Danilo di Luca, se encargó en endurecerla.
Contador aguantó como un valiente ante esas embestidas y logró el objetivo de salvar el día en el cual dio la impresión que no se encontraba tan fuerte como en las etapas de montaña de los Dolomitas.
Los 228 kilómetros de la decimonovena etapa, entre las ciudades de Legnano y Monte Pora, fueron recorridos por el bielorruso Vasili Kiryenka, ganador de la etapa, en 6 horas, 37 minutos y 32 segundos a una velocidad media de 35,9 kilómetros por hora. El italiano Danilo di Luca, uno de los protagonistas de la jornada llegaba a 4:35 y el grupo del líder Contador a 6:22 minutos.
Ahora la general queda con Contador al frente seguido de los italianos Ricardo Ricco a cuatro segundos, Danilo di Luca a 21 y Marzio Bruseghin a dos minutos.
La clave de la maratoniana jornada estuvo en el descenso del alto de Vivione, a mitad del trazado, cuando el equipo LPR del último vencedor de la carrera, Danilo di Luca, rompió la carrera. Junto a Di Luca se fue su compañero Paolo Savoldelli y el también italiano Nibali.
Un descenso espectacular por parte de Di Luca y Savoldelli, que conoce a la perfección esas carreteras ya que suele ser el marco habitual de sus entrenamientos, y que sirvió para hacer añicos el pelotón.
Contador quedaba cortado y en el largo descenso no arriesgó para evitar sobresaltos. Se quedó en un grupo de una veintena de corredores, entre los que estaban la totalidad de sus más directos rivales, como son los italianos Ricco, Sella y Bruseghin.
Bastante peor que Contador lo pasaron el último ganador de la Vuelta a España, el ruso Denis Menchov, que tuvo problemas para enlazar en la parte final de la etapa con Contador, y el italiano Simoni, que padeció un auténtico calvario y, posiblemente, se despida del podio final al perder por varios minutos el segundo puesto que ocupaba en la salida.
El ganador de la última edición, protagonista
Una jornada de buen ciclismo con protagonismo especial para el equipo de Di Luca, pues fue el encargado de abrir la caja de los truenos a mitad de la carrera, en el Vivione, un puerto que se hace interminable tanto en la subida como en la bajada y más con las adversas condiciones climatológicas en forma de lluvia y viento que castigaron un poco más las piernas.
La llegada quedó rota al pie del puerto de Presolana, con un Di Luca que apretaba los dientes y en cada pedalada aumentaba un poco más su ventaja sobre el grupo de Contador, a pesar del excelente trabajo que le hacían sus compañeros de equipo Klöden y Colom. El resto, Ricco, Sella y compañía se limitaban a seguir el ritmo.
La situación fue cambiando a medida que se acercaba la meta, en la cúspide de Monte Pora, una subida corta pero que en algunos tramos sus rampas llegan al 16%, circunstancia que aprovechó el italiano Ricco para demarrar dejando clavado a Contador que ya no tenía a ninguno de sus compañeros.
Por delante el bielorruso mantenía su pedaleo regular y Di Luca también en solitario aguantaba la marcha e iba a superando a corredores que estaban intercalados; mientras que Ricco iba abriendo cada vez más el hueco con respecto a Contador que no tenía ninguna colaboración con sus compañero de fuga.
Unos kilómetros finales duros y emocionantes, en los que durante algunos segundos Ricco pasaba a ser el líder provisional, pero los últimos metros se le hicieron bastante largos y Contador echaba el resto para conservar la maglia rosa, aunque tras lo sucedido su renta pasa a ser de tan sólo cuatro segundos cuando al comienzo de la etapa era de 41 con respecto a Ricco, que tras lo demostrado este viernes pasa a ser un serio candidato al título.
Este sábado se disputará la penúltima etapa, entre Rovetta y Tirano, de 224 kilómetros y considerada reina con el alto de Gavia, cima Coppi con sus 2.618 kilómetros y el terrorífico Mortirolo para enlazar con el alto de Aprica, que en esta edición ha cedido el final de llegada a la cercana localidad de Tirano.