El Real Madrid empató (1-1) ante el Olympique de Lyon en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputada en Gerland, y en el que el delantero Gomis consiguió las tablas con un tanto en el minuto 84, después de que Benzema pusiera en ventaja a los suyos al poco de comenzar el segundo acto.
Tras firmar una primera parte infame, de las peores que se recuerdan en el conjunto blanco, el equipo que dirige José Mourinho se entonó en el segundo acto y tras estrellar dos balones en el palo, Benzema puso por delante a los suyos con al ver puerta con el primer balón que tocaba. Cuando el Real Madrid ya saboreaba la victoria, apareció Gomis para firmar las tablas.
El equipo madrileño, que no pisa los cuartos de final desde hace seis temporadas, sigue con su gafe en Lyon -donde no ha ganado en sus 4 visitas- y ante el Olympique, al que no ha podido doblegar en ninguno de los siete enfrentamientos que les han medido, tres derrotas y cuatro empates.
Y es que el Real Madrid se mostró irreconocible durante los primeros 45 minutos. Desbordados en todo momento por el orden y el poderío físico de los de Puel, los visitantes sufrieron sin cesar durante la primera media hora, en la que Gomis a puntos estuvo de aprovechar un error de Casillas para firmar el primero. Bastos volvió loco a Ramos y Arbeloa -titular por Marcelo- convirtió su banda en una autopista.
Sin embargo, en la Copa de Europa, no convertir las ocasiones acaba pasando factura. Y más ante un conjunto como el Real Madrid, hambriento y deseoso de tener en sus vitrinas la 'décima', “el gran anhelo” del club, según comentó el presidente Florentino Pérez al inicio del curso.
Tras la reanudación, el Madrid, consciente de que había salido vivo, salió de otra forma, con más intensidad, como hay que salir. Un misil de Cristiano que se estrelló en la madera, alertó al guardameta local de lo que le venía encima, la artillería estaba preparada. Un córner botado por Mesut Ozil fue rematado por Ramos, que se volvió a topar con la madera.
El técnico luso movió ficha y dio entrada a Benzema --recibido con una gran ovación por su ex afición-- por Adebayor, que lo intentó durante todo el partido, pero que no tuvo fortuna. Un minuto. Eso es lo que tardó el francés en acallar bocas, en demostrar que a él le van las grandes citas, en erigirse como el delantero del Real Madrid, en responder.
Benzema se internó en el área y aguantó los agarrones de la defensa sin inmutarse, siguió aguantando y conectó con su pierna derecha para batir a Lloris. Todos sus compañeros se abalanzaron sobre él, incluso al presidente Florentino Pérez se le vio saltar en el palco, pero Karim se mostró impertérrito, sin una muesca. Por respeto a su ex equipo no celebró el tanto más importante desde que llegó a la capital de España. Está hecho de otra pasta.
Cuando parecía que la victoria era del Real Madrid, Gomis aprovechó un balón suelto en el área, después de un centro desde la izquierda para batir a Casillas y firmar el empate con el que se llegó al final, después de que los franceses no tuvieran recompensa en sus últimas acometidas.
Así, será el Bernabéu el que decida. El coso blanco, escenario de las más grandes gestas del continente, será el que dicte sentencia sobre quién debe pasar de cuartos de final. El Real Madrid tiene una pequeña ventaja pero deberá sudar de lo lindo. La respuesta, el 16 de marzo.