Setién entrenaba toda la semana a puerta cerrada para no darle pistas al rival ante la ausencia por acumulación de tarjetas de Livaja y, sobre todo, de Roque Mesa. Al inicio del encuentro se desvelaba la incógnita: optaba por Lemos en el centro del campo, pero también apostaba por Halilovic en lugar de Tana, Hélder López por Dani Castellano y Lizoain por Varas.
En un suspiro, poco tiempo después de que el árbitro hiciese sonar su silbato, el Espanyol ya se adelantaba en el marcador. Jurado ponía un corner que remataba David López sin oposición. La marca le correspondía a Halilovic, quien se limitó a mirar cómo la pelota entraba en la red.
Los 'pericos', satisfechos con el viento a favor, se parapetaban atrás, dejando a los isleños tocar todo lo que quisieran hasta que se acercaban a las inmediaciones del área, cuando la zaga evitaba cualquier acercamiento a Diego López.
La pelota rodaba por los pies de los futbolistas de la UD, de un lado a otro, del centro atrás... pero no conseguían inquietar a los locales ni crear sensación de peligro. Un tímido disparo de Viera o alguna individualidad de Halilovic era lo poco que generaba un equipo que mantenía casi de manera absoluta la posesión durante los primeros 20 minutos.
Con mucho menos, gracias a los errores de una zaga isleña muy blanda, el Espanyol se ponía con cuatro jugadores en área contraria, tras una doble ocasión que acababa en saque de puerta.
Con el partido frío, los locales cómodos sin la pelota esperando el error contrario y Las Palmas tocando sin inspiración, Lemos se atrevió a chutar un balón que parecía quedar en nada, pero un bote en el área pequeña hizo que Diego López no consiguiera atajar el remate y Las Palmas conseguía empatar.
De repente el Espanyol despertó y quiso disputarle la posesión a los visitantes, siendo mucho más verticales con la velocidad de Piatti y Caicedo, quien en una contra daba un pase al argentino, que llegaba a línea de fondo, sentando a Hélder López, que se resbalaba y la ponía a Gerard Moreno para poner el segundo en el 45'.
El llamado gol psicológico de los instantes finales tuvo una respuesta rápida de los de Setién al inicio de la segunda, con mismo protagonista. En el 48' Viera ponía una falta al área que remataba Lemos para poner nuevamente el empate, pero cuatro minutos después Caicedo superaba en velocidad a David García y se plantaba frente a Lizoain, cometiendo penalti al verse superado por el delantero 'perico'.
El árbitro decidía que era amarilla ante la protesta del público y Piatti no perdonaba, sumando el tercero en el RCDE Stadium, del que ya no se recuperaría Las Palmas, muy lejos del nivel mostrado en el Santiago Bernabéu.
Lejos de relajarse, con la lección aprendida del primer gol, el Espanyol adelantaba las líneas y trataba de robar lejos de su área ante un equipo que seguía tratando de imponer su juego a base de toque sin conseguir superar al rival. Cuando los locales tenían la pelota, les bastaban dos o tres pases para generar peligro, algo que ni con veinte conseguía el conjunto insular.
Gerard Moreno ponía un pase en profundidad a Jurado, quien se situaba frente a Lizoain y lo superaba sin dificultades para rematar el encuentro en el 75', a pesar de la resistencia visitante de caer de nuevo como visitante.
Halilovic lideraba a un conjunto errático. El croata fue el más destacado de un equipo que ofreció muy poco y en el 85' le ponía un balón a Mateo, que había entrado por Jesé, rematando casi en el área pequeña sin oposición.
Incomprensible, Setién cambiaba al '20' cuando estaba más enchufado y metía a Hernán Santana, en el minuto 89 cuando se añadirían tres minutos más, un tiempo durante el que no se movió el marcador.