El Tenerife Rural tratará de sortear este sábado ante el Melilla Baloncesto el primero de los dos obstáculos que le quedan antes de dar el salto a la ACB en la segunda semifinal de la serie a cuatro que acogerá durante el fin de semana la ciudad madrileña de Fuenlabrada.
Pese a la baja de Lamont Hamilton y al teórico favoritismo del rival por posición en la fase regular y por los antecedentes de esta temporada, los blanquiazules confían ciegamente en su capacidad de sacrificio para como mínimo repetir la hazaña de la pasada campaña en Cáceres, cuando dejaron en la cuneta al poderoso Alicante.
Aquella victoria es el espejo en el que se han mirado estos días los pupilos de Rafa Sanz para deducir que “hasta el último minuto no hay que bajar los brazos”, pero aparte de amor propio y una confianza a prueba de bombas los blanquiazules saben que deberán ser ellos mismos más que nunca.
“Puede que los rivales sean más altos, más fuertes, más atléticos, pero nosotros tenemos nuestras armas y habrá que hacerlas valer”, proclamó Sanz en su última comparecencia ante los medios en Tenerife, en la que garantizó que “no renunciaremos a nuestro estilo. Con él hemos llegado hasta aquí y con él moriremos”.
Sanz dejó caer que puede haber alguna variación táctica puntual, como también en el rival, pero avanzó que “en estas citas lo importante es hacer lo que sabes hacer bien y no inventar nada, porque no te saldría”, ya que “en momentos de máximo estrés te sale lo que tienes mecanizado”.
Del rival de este sábado, el Melilla, le preocupa la capacidad atlética y de intimidación de sus postes y el daño que hace al contragolpe, tal y como pudieron comprobar los blanquiazules en el choque de la liga regular en el Santiago Martín.
Habrá que ver si finalmente Dave Fergerson es baja en el equipo de Paco Olmos, en el que además de poderío en el interior por la presencia de Mike Southall y Keith Waleowsky, están hombres como Cuthbert Victor, que puede hacer daño dentro y fuera, Diego Ciorciari y Juan Manuel Ruiz.
El perímetro, fundamental
Por el bando tinerfeño, las posibilidades de éxito crecerán en la medida en que los hombres de perímetro, Iván Rodríguez, Francis Sánchez y Pat Carroll, tengan la muñeca caliente, y los directores de orquesta, Edu Sánchez y Adrián Boccia, sean capaces de imprimir el ritmo que más convenga en cada momento.
El equipo tinerfeño contará con un plus, la presencia de más de 300 aficionados blanquiazules en las gradas del pabellón Fernando Martín, entre ellos dos ilustres como Sergio Rodríguez y Laura Herrera.
La semifinal entre el Melilla Baloncesto y el Tenerife Rural dará comienzo a las 19.45 hora canaria y será arbitrada por Germán Morales y Rubén Sánchez. Antes se jugará el Alicante-Los Barrios.