Las Palmas asume la invasión de campo en el partido contra el Córdoba
El presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, ha declarado este lunes a la emisora de radio Onda Cero que el club isleño asume la responsabilidad de la invasión de campo en el partido del domingo contra el Córdoba.
Un centenar de aficionados saltó al campo del Estadio de Gran Canaria, lleno para la ocasión (31.240 personas) mientras se disputaba el tiempo añadido del partido final por el ascenso a Primera División con ventaja local de 1-0, y el árbitro lo interrumpió durante siete minutos.
Al reanudarse el juego, y en la última jugada, el equipo andaluz empató y le arrebató el ascenso a los canarios.
“La junta de seguridad decidió que las puertas se abriesen cuatro minutos antes, siempre se abren las puertas”, ha admitido Ramírez, quien ha reiterado que había 100 vigilantes de seguridad.
“Nosotros somos los únicos responsables, pusimos todo lo que estaba en nuestras manos”, ha añadido el dirigente isleño, quien subraya que desde la Unión Deportiva “no se echa la culpa a la Policía, a la Delegación del Gobierno ni a nadie”.
El parón que sufrió el partido, y la advertencia de suspensión por parte del árbitro, descentró al equipo canario, que en la última jugada cometió un grave error defensivo que aprovechó primero Raúl Bravo para rematar en solitario un balón que rozó Barbosa, y quedó suelto en el área chica donde Ulises Dávila lo remachó a la red.
Ese tanto, el primero que encajaba Las Palmas en el 'play-off', privó al conjunto canario de regresar a Primera y dio el ascenso a los andaluces 42 años después.
El colegiado del encuentro, el murciano José María Sánchez Martínez, reflejó en el acta que detuvo el partido durante siete minutos hasta que el coordinador de la Policía le garantizó la seguridad de jugadores, técnicos y equipo arbitral para reanudarlo.
También escribió que tras el gol de Las Palmas, conseguido por Apoño en el minuto 3 de la segunda parte, se lanzó una bengala en uno de los fondos, así como que en el minuto 83 un espectador saltó al campo y fue reducido por la fuerza pública. Fue solo el inicio de lo que llegaría después.
