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La cooperativa de Tenerife que importa papas de Israel está subvencionada para promocionar la producción local

A la izquierda, con etiqueta verde, papas de Tenerife a 1,15 euros el kilo, y a la derecha, papas procedentes de Israel, a 0,99, en un supermercado de la Isla

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Al menos desde 2016, la Organización de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH) Garañaña recibe cada año 175.000 euros de subvención nominativa del Cabildo de Tenerife para cultivar y vender papa cultivada en la isla. Se trata de una entidad cooperativa que forma parte de un grupo de cuatro empresas de producción y comercialización agraria que tienen al frente a la misma gerente: Ángela Delgado, quien a su vez es presidenta de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), organización que ha defendido la importación de papas de Israel arguyendo que la producción de las islas no pueden cubrir la demanda en determinados meses del año.

Fue en 2014, bajo la presidencia en el Cabildo de Tenerife de Carlos Alonso (Coalición Canaria), cuando se creó el denominado Plan Insular de la Papa hasta 2020, que contemplaba esa subvención de 175.000 euros para la OPFH con mayor número de agricultores, es decir, Garañaña, que cuenta con “más de 700” junto a las demás empresas, según ha cifrado la propia Delgado. En el documento que se llevó a pleno en 2014, el Área de Agricultura, Ganadería y Pesca justificaba la creación de ese plan, entre otras razones, por el “marcado descenso” en la superficie de cultivo de la papa en la Isla desde “la desaparición, hace doce años, del periodo que restringía la importación de papa procedente de otros países” en los periodos llamados sensibles.

Javier Parrilla, el actual consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Corporación, (gobernada por el PSOE con el apoyo de dos consejeros de Ciudadanos tras una moción de censura), explica que en 2020 también se otorgarán esos 175.000 euros a la cooperativa, pero aclara que a partir del próximo año el Cabildo espera poder conceder las ayudas mediante convocatoria, porque “una de las líneas de trabajo de este equipo de gobierno es reducir o limitar las subvenciones nominadas [a dedo], que tienen un uso como ayuda excepcional, pero todo lo demás debe ser reglado, competitivo y con publicidad”, aunque añade que uno de los criterios que pesará más a la hora de concurrir será el número de socios de la cooperativa.

Según Parrilla, el concepto por el que se otorga esa subvención a Garañaña es para cubrir “gastos corrientes” y para ayudar al abastecimiento local de “la papa temprana” (que se recoge entre abril y junio) ante la merma que puede sufrir por las condiciones climáticas. Esto “en condiciones normales”, es decir, si estuviese abierto el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), que “consume una buena parte de esa papa”. Además, el consejero asegura que tiene intención de “fomentar” ese plan, al que considera “fundamental” ya que cuenta con una dotación total de 370.000 euros para luchar contra la polilla guatemalteca, la rotación de cultivos o la investigación para poder plantar semillas de variedades propias la tierra.

La segunda cooperativa que más papa produce en Tenerife, Valle de La Orotava, que alcanza aproximadamente los 2,5 millones de kilos al año, no percibe ni un solo euro de subvención de la Corporación Insular. “Estuvimos haciendo gestiones con el anterior consejero (José Joaquín Bethencourt, de Coalición Canaria), que nos pidió documentación, nos la prometía, pero nunca nos ha llegado nada”, afirma Octavio Doniz, gerente de la cooperativa de La Orotava, quien no ve lógico que se compense con esa cantidad a Garañaña si no se hace con las demás productoras.

Además, asegura que sus agricultores, que cifra en 67 exclusivamente dedicados a las papas, cobran el kilo “20 céntimos por encima” de lo que perciben los de Garañaña, a pesar de estar subvencionados, y el pago a esos se produce a los 90 o 180 días, mientras que la media en Valle de La Orotava es de “30 o 90 días”. De hecho, Dóniz afirma que en 2020 varios agricultores de Garañaña han pasado a su cooperativa.

Unas instalaciones alquiladas a una empresa pública en liquidación

Garañaña también cuenta con una instalación arrendada a la empresa pública del Cabildo de Tenerife Agroteide para almacenar y empaquetar sus productos. La cooperativa ganó por concurso público el alquiler de la infraestructura que pertenecía a la extinta Cooperativa Agrícola y Ganadera de Benijos y paga un canon anual que ronda los 130.000 euros, según Parrilla.

En estos momentos, esa empresa pública se encuentra en estado de liquidación. “Son estructuras empresariales que no obedecen en este momento a ningún interés público. El gasto del año pasado fue de 15.000 euros porque tenía que pagar impuestos. No le vemos ninguna utilidad”, añade el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, que revela que actualmente ni siquiera existe el consejo de administración.

En ese órgano, del que Parrilla no tiene constancia que continuara existiendo a su llegada al cargo, estaba al frente Carlos Alonso y entre los miembros del sector privado formaban parte, desde 2015, Pedro Molina, el ya fallecido representante de la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate), o Juan Fuentes, de la Asociación de Cosecheros y Exportadores de Flores y Plantas Vivas de Canarias (Asocan), es decir, personas, en su mayoría, afines a Coalición Canaria. La última en ser designada en noviembre de 2016 fue Ángela Delgado, presidenta de Asaga desde 2018.

Parrilla insiste en que Garañaña paga el arrendamiento de la instalación “religiosamente” y este contrato finalizará cuando se efectúe completamente la liquidación. “Todos esos bienes quedarán en posesión directa del Cabildo”.

Abastecimiento de papas

En un segundo comunicado en el que amenazaba con “emprender acciones legales” contra medios de comunicación tras conocerse la operación de importación de papas de Israel, Asaga volvió a defender que los agricultores isleños no son capaces de cubrir la demanda.

Y para demostrarlo aportó datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC): “Desde enero a abril de 2019 se importaron 21.057,4 toneladas, lo que representa un 33% de las 64.104 que entraron durante todo ese año. Paralelamente, la producción local registrada en ese mismo periodo llegó a 28.951,1 toneladas”.

Sin embargo, preguntada la Consejería de Agricultura por los datos de producción local correspondientes a 2019 ha explicado que “está cerrando” esas cifras pero “hasta el momento lo más actualizado corresponde a 2018”.

Así, atendiendo a los datos de 2018 del ISTAC, la producción de papa en Canarias -sumando las cosechas extratemprana, temprana, media estación y tardía- ascendió hasta las 90.931 toneladas; mientras que la importación del tubérculo, solo el destinado al consumo, fue de 62.820 toneladas, según su peso. En total, el Archipiélago dispuso de 153.751 toneladas para abastecer a un territorio de 2,1 millones de habitantes en un año al que se añaden los más de 15 millones de turistas que visitaron las Islas.

También de 2018 es el último Informe del consumo alimentario en España, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que la media del consumo de papa por habitante en Canarias fue de 27,82 kilos por persona, levemente inferior a la media nacional (28,18). Si toda la población censada en las Islas consumiera esa cantidad, en 2018 habrían hecho falta 59.896.460 kilos para abastecerla.

Ángela Delgado, gerente del grupo de empresas Cooperativa Agrícola San Miguel, Tilena Sociedad Cooperativa Agrícola, Garañaña Sociedad Cooperativa Agraria y también de Cadimisa Canarias, entidades que cuentan con más de 700 agricultores canarios y además de papas producen frutas y hortalizas, no ha contestado las peticiones de entrevista de este periódico.

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