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Abocados a una muerte lenta

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No, no exagero. Los enfermos crónicos, entre los que me incluyo, estamos abocados a una muerte lenta con el actual sistema de copago farmacéutico. Voy a contarles algo muy personal, para que puedan entenderme un poco mejor. Soy madre soltera, no recibo manutención del padre de mi hija desde hace años, pago una hipoteca como cada hijo de vecino y los gastos cotidianos y necesarios como luz , agua, comida, etc.

Tanto mi hija como yo somos enfermas crónicas. Mi receta electrónica consta de 18 medicamentos necesarios para que pueda mantener mi salud; y la de mi hija consta de 9 medicamentos también necesarios para su salud.

Los medicamentos de mi hija los compro religiosamente todos los meses porque, por encima de mí está ella, pero yo por desgracia no puedo hacer frente económicamente a toda la medicación prescrita por mis médicos, porque de lo contrario, no llego a fin de mes. Con lo cual, sólo compro los que considero más “necesarios” (y lo entrecomillo porque todos me hacen falta) para continuar viva.

En nuestro país, hay muchísima más gente en mi situación, entre ellos miles de pensionistas, en los que incluyo a mis padres. Y con el copago farmacéutico lo que están consiguiendo, a parte de que las cuentas vayan mejor para el Estado, es que los enfermos crónicos dejemos de tomar medicación necesaria y se nos complique nuestro estado de salud lentamente, sabe Dios si produciéndonos otras enfermedades por no tomar toda la medicación prescrita.

Con la entrada en vigor el 1 de octubre del copago farmacéutico hospitalario, ya me quedo sin palabras. Mi situación se queda en nada con respecto a este tipo de pacientes, la ley establece que el paciente deberá abonar el 10% del precio del medicamento, siempre que no supere 4,2 euros, que es el máximo que pagará el enfermo. La medida afecta a fármacos destinados a procesos crónicos o graves -como varios tipos de cáncer, VIH o hepatitis C- que requieren control médico y que, hasta ahora, estaban exentos de pago.

En definitiva, este gobierno de derechas lo que pretende con este tipo de medidas, aunque parezca muy fuerte, es que los pacientes crónicos vayamos desapareciendo, con lo cual, en unos años la población española pasará de unos 42 millones aproximadamente a 25 millones. Seguro que así consiguen el Estado de Bienestar para las personas que hayan logrado sobrevivir y habrá trabajo y comida para todos, lo cual me alegra enormemente. Me ha quedado clarísimo que soy un estorbo para este Gobierno, y que aquí no se utilizan cámaras de gas, aquí somos más modernos y utilizamos copago sanitario.

Enhorabuena, Señor Rajoy, le felicito por tanta inteligencia, imagino que la Señora Merkel estará orgulloso de usted.

No, no exagero. Los enfermos crónicos, entre los que me incluyo, estamos abocados a una muerte lenta con el actual sistema de copago farmacéutico. Voy a contarles algo muy personal, para que puedan entenderme un poco mejor. Soy madre soltera, no recibo manutención del padre de mi hija desde hace años, pago una hipoteca como cada hijo de vecino y los gastos cotidianos y necesarios como luz , agua, comida, etc.

Tanto mi hija como yo somos enfermas crónicas. Mi receta electrónica consta de 18 medicamentos necesarios para que pueda mantener mi salud; y la de mi hija consta de 9 medicamentos también necesarios para su salud.