Espacio de opinión de Canarias Ahora
Centro de la Cultura Popular Canaria
Ya en otro artículo, que bajo el título “CCPC y Radio San Borondón” realicé y publiqué el pasado año 2010, desgranaba una larguísima relación de luchas y causas sociales de todo tipo, apoyadas a tope y sin pausa por ellos, siempre de forma altruista. Desde ese entonces, su línea de actuación ha continuado por esos mismos y encomiables derroteros, hasta incluso incrementándola. Ningún colectivo o particular que ha querido exponer o denunciar algo, se ha quedado sin su cobertura radiofónica cuando les ha hecho falta, siempre con la máxima rapidez y recibiendo, además, la posibilidad de utilizar su Sala San Borondón también de forma gratuita.
Y toda esta inmensa labor, a pesar del estrangulamiento político-empresarial que vienen sufriendo por esa libertad de expresión que utilizan, la que todos tenemos o deberíamos tener, denunciando delitos, injusticias, impunidades y situaciones o actuaciones diversas alejadas del interés general de la población.
Somos miles las personas que sintonizamos las frecuencias de Radio San Borondón a diario, yo me siento especialmente cómodo oyendo muchos de sus espacios, desde sus magníficos informativos a todo tipo de entrevistas, muchas de ellas de una calidad insuperable. También la cobertura que esta Emisora da a actos importantes, a Plenos de Ayuntamientos, a Sesiones del Parlamento, etc., que casi ninguna otra emisora retransmite, es muy valorada. Y, además, un sinfín de ruedas de prensa, concentraciones y manifestaciones ciudadanas y actos diversos relacionados, que habitualmente tampoco son cubiertos por los medios de comunicación de por aquí.
Su Sala San Borondón tiene actividad diaria, empezando los lunes con una interesante y entretenida Tertulia, en la que algunos expertos compañeros analizan, sin pelos en la lengua, los temas de mayor actualidad, hasta actos de todos los Colectivos para hablar de sus luchas, pasando por conferencias interesantes, proyecciones de películas de renombre, divulgaciones, actos literarios, actuaciones de Grupos musicales, mayormente folklóricos, en donde dan a conocer sus últimos trabajos, etc. Toda una amplia relación de eventos, seguramente como ninguna otra sala de la Isla, siempre con entrada gratuita.
Para poder sostener esta tremenda actividad, teniendo en cuenta el total desamparo de los gobernantes, que sí apoyan a otras organizaciones similares con mucha menor actividad y sin que sus objetivos principales sean la difusión de la cultura o las iniciativas y reivindicaciones sociales, como sí hace el CCPC, sus responsables han tenido que vender o hipotecar sus patrimonios personales, dado que las aportaciones de los socios y algunas extraordinarias muy generosas que realizan personas preocupadas por la posible desaparición del Centro y de la Radio, no son suficientes. No olvidemos, que aparte de las prestaciones de todos esos servicios gratuitos que realizan, tienen unos mantenimientos que afrontar y una plantilla de buenos profesionales, que han tenido que reducir por sus penurias económicas, a los que pagar, aunque mayormente sean “mileuristas” en sus nóminas.
¿Qué hacer entonces? Partiendo de la premisa de que el CCPC y su Radio San Borondón tienen que seguir estando ahí, por su vital labor y por la libertad de expresión que practican de la que nos hacen partícipes a todos, nosotros debemos hacer los esfuerzos necesarios para que no tengan que cerrar sus puertas por falta de recursos. Hay diversas fórmulas para apoyarles, desde la habitual de hacerse socio, en la seguridad de que las aportaciones que realicemos las podremos recuperar cuando queramos, adquiriendo material propio o servicios diversos, hasta colaborar altruistamente con ellos, cubriendo personalmente, por ejemplo, algunos de los múltiples actos a los que acuden, dada su escasez de personal. También hay otras fórmulas, si estás interesado, como lo estoy yo y muchas otras personas para que sigan en pie, ponte en contacto con ellos, en la Red tienes información sobrada de cómo hacerlo. El fin merece la pena, mantener abierto un Medio de Comunicación libre, por encima de las duras presiones político-empresariales para que sean asfixiados y tengan que cerrar, no tiene precio, el perderlo sería toda una tragedia.
Y termino con una petición a los Ayuntamientos, que no olviden que el Centro de la Cultura Popular Canaria está ahí y que también les puede cubrir cualquier necesidad de sonorización, iluminación o audiovisual a precios muy competitivos, en sus fiestas y actos. A los Cabildos, para que tampoco olviden la inmensa labor que el CCPC ha desarrollado durante estos 34 años de existencia y que sigue realizando, y los apoyos que merecen, que les son necesarios para sobrevivir. Y al Gobierno de Canarias, para que les tenga en cuenta a la hora de seleccionar los candidatos a los Premios Canarias 2012, justo cuando ellos cumplen su 35 aniversario. Su designación, con seguridad, sería muy bien acogida en todo el Archipiélago, dado que su importante labor es extensiva a todas las Islas Canarias y porque es especialmente relevante su día a día fomentando la cultura canaria y la unión entre todos los canarios, algo que vienen haciendo sin pausa.
Cándido Quintana
Ya en otro artículo, que bajo el título “CCPC y Radio San Borondón” realicé y publiqué el pasado año 2010, desgranaba una larguísima relación de luchas y causas sociales de todo tipo, apoyadas a tope y sin pausa por ellos, siempre de forma altruista. Desde ese entonces, su línea de actuación ha continuado por esos mismos y encomiables derroteros, hasta incluso incrementándola. Ningún colectivo o particular que ha querido exponer o denunciar algo, se ha quedado sin su cobertura radiofónica cuando les ha hecho falta, siempre con la máxima rapidez y recibiendo, además, la posibilidad de utilizar su Sala San Borondón también de forma gratuita.
Y toda esta inmensa labor, a pesar del estrangulamiento político-empresarial que vienen sufriendo por esa libertad de expresión que utilizan, la que todos tenemos o deberíamos tener, denunciando delitos, injusticias, impunidades y situaciones o actuaciones diversas alejadas del interés general de la población.