Espacio de opinión de Canarias Ahora
Código ético tronchante
Los dirigentes del PP se han conjurado para defender con uñas y dientes, a veces a regañadientes, a su imputada alcaldesa de Telde. En la última convención del partido todos respaldaron a Mari Carmen Castellano un par de días después de dejar sola a su alcaldesa saliente de Firgas.
Claro, habrán pensado sus eminencias: Paola Hernández no necesita a nadie que la defienda porque no está imputada. Los portavoces populares se desgañitan pidiendo la dimisión de sus adversarios políticos imputados pero se revuelven como toros bravos cuando la imputación recae en uno de los suyos.
La defensa que hacen sus compañeros es ridícula y absurda. Dicen que lleva siete años imputada y que cuando se presentó a las elecciones los teldenses ya lo sabían y la votaron.
En primer lugar, no sabemos si los teldenses votaron por ella, por otros miembros de la candidatura o por el PP en sí mismo porque la lista era cerrada. En segundo lugar, si ella ya dimitió cuando la imputaron, junto al entonces alcalde Valido y otros ediles de su partido, ¿qué sentido tiene que se presentara de nuevo antes de resolver el caso? Hay que delimitar la responsabilidad política de la penal. Además, que el pueblo la vote no significa que sea inocente.
El pueblo no es necesariamente sabio. También hay palurdos a punta pala. De hecho los corruptos se sostienen en el poder cuando les vota gente de la misma calaña.
Por eso es surrealista escuchar a Asier Antona, Australia Navarro, Pepa Luzardo o Hernández Bento justificando la permanencia de Castellano con el argumento insultante y baladí de que aún no ha sido condenada.
Olvidan que el código ético aprobado recientemente por ellos mismos señala que a todos los imputados a los que se abra juicio oral deben renunciar al cargo. El informe del fiscal anticorrupción es demoledor.
Da la impresión de que todos los dirigentes del PP repiten al unísono y a pies juntillas el argumentario que les facilita su jefe máximo. Si los protagonistas de esta nefasta política gregaria se miraran en el espejo, no saldrían a la calle por la poca vergüenza que aún les queda.
Los dirigentes del PP se han conjurado para defender con uñas y dientes, a veces a regañadientes, a su imputada alcaldesa de Telde. En la última convención del partido todos respaldaron a Mari Carmen Castellano un par de días después de dejar sola a su alcaldesa saliente de Firgas.
Claro, habrán pensado sus eminencias: Paola Hernández no necesita a nadie que la defienda porque no está imputada. Los portavoces populares se desgañitan pidiendo la dimisión de sus adversarios políticos imputados pero se revuelven como toros bravos cuando la imputación recae en uno de los suyos.