A mí me costó votarte, Felipe

Expresidente del Gobierno español Felipe González.

Carlos Espino

9

Con tu sinceridad habitual reconoces que te costó votar al PSOE el 23J y, vaya una sinceridad por otra, me alegra que hayas sacado el tema para poder decirte que a mí me costó mucho votar al PSOE cuando tú lo liderabas.

No me faltaban motivos para sentirme incómodo. Desde la reconversión industrial a la entrada en la OTAN, pasando por el intolerable «gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones», me diste motivos más que suficientes para que mi voto se convirtiera en un voto incómodo, respaldado en el deseo de creer que Felipe escribe derecho con renglones torcidos.

El tiempo te dio la razón en la mayor parte de las decisiones que tomaste, por más que algún nostálgico nos sueñe dentro del bloque de los No Alineados, o que si la reconversión era necesaria se quedó corta en la parte de generar nuevas oportunidades, jugándolo todo a la apuesta errónea por convertirnos en el resort de Europa.

Me atrevo a decir que a ti, si vivieras cien años y me alegraría si así fuera, te pasaría lo mismo con el tiempo. Te darías cuenta de que nuestro secretario general y presidente está poniendo los intereses de nuestro país por encima de cualquier otra consideración lo cual exige, entre otras cuestiones, impedir el acceso al gobierno de la peor derecha que ha sufrido nunca España.

Me cuesta pensar que preferirás que un mentiroso compulsivo, compi de narcos, con un acreditado historial de destrozo de lo público a sus espaldas, sería mejor presidente que Pedro. Tú, que tan aficionado has sido siempre a detectar y protagonizar los grandes cambios de la Historia, debes ser plenamente consciente de lo que nos jugamos como país si permitimos que gobierne la ultraderecha.

Debo reconocer que hace años te entendía. Al fin y al cabo, no tenías espejo en que mirarte para saber cuál es el papel de un expresidente que, hay que recordarlo, también le hiciste más de un feo a Zapatero.

Pero, mira por dónde, hoy sí tienes un ejemplo que pueda orientarte en estos años de tu senectud y es precisamente José Luis Rodríguez Zapatero, que continúa dando una lección impagable de lealtad a nuestro país y a nuestro partido, reconociendo y aceptando que haber sido secretario general del Partido Socialista y presidente de España le genera una obligación permanente de servicio a quien le dio todo, ese PSOE en el que ambos militamos, Felipe, y que hoy, te guste o no, lidera Pedro Sánchez.

Fíjate, hasta yo, que tan solo he llegado a ser secretario insular del PSOE de Lanzarote, un honor inmenso para mí, pero la nada comparado con tu trayectoria, reconozco que mi libertad para expresarme e incluso para desarrollar mi acción política está limitada por la enorme deuda que tengo contraída con mi partido.

Apelo a tu inteligencia, Felipe. Estoy convencido de que si reflexionaras te darías cuenta de que nada es tan triste y lamentable como mendigar los aplausos de los adversarios al precio de criticar a los propios.

Es una pena que a día de hoy no llegues a la altura del tobillo de tu propia historia y continúes empeñándote en negar a tu partido y a tu secretario general lo que tú tuviste de sobra: lealtad.

Te agradezco, sin embargo, que me hayas ayudado a aclarar mis ideas: hoy no te votaría ni de coña, Felipe.

Etiquetas
stats