Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Peinado multiplica los frentes del ‘caso Begoña’ sin lograr avances significativos
El miedo “sobrenatural” a que el cáncer vuelva: “Sientes que no consigues atraparlo”
OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

El debate suspendido

Cuando era oposición el PP señalaba a Zapatero como la verdadera prima de riesgo española y prometía que todo mejoraría en cuanto se marchara. Recordé por entonces al dominico charlatán Tetzel que vendía indulgencias en las mismas barbas de Lutero y aseguraba que nada más sonar las monedas en su cofre, el alma del difunto por el que se había pagado saldría volando del Purgatorio hacia el cielo. Así le llenó la cachimba al reformador que agarró unas tachas y un martillo y claveteó sus proposiciones donde pudieran verlas.

No sé qué fue de las almas de los difuntos pero sí que con Rajoy en La Moncloa todo ha ido a peor y como ya no podía la derechona culpar directamente a Zapatero ya fuera del poder, la emprendieron con su “legado”; ocultando, claro, que lo fundamental de ese legado provenía de Aznar.

Con Rajoy las cosas no han mejorado; como deseamos todos, que Montoro solo hay uno. Pero siguen los peperos haciéndole oposición a la oposición y así no hay manera. Tiraron un tiempito con la historia del legado que los obligaba a hacer lo que juraron que no harían nunca.

No esperaban, dicen, que las cosas estuvieran tan mal lo que es tanto como confesar que no se ocuparon en la oposición de estudiar los asuntos: solo querían ver muerto a Zapatero. Y cuando vieron agotada la excusa de la “sorpresa” por lo mal que dejaron todo los psocialistas y empezaron a descubrirse nuevos y grandes agujeros de su hechura, convirtieron a los griegos en responsables de las dificultades españolas. Lo que fuera antes de que la gente comenzara a preguntarse si no tendría Madrid alguna responsabilidad.

Se decían los peperos convencidos de que la victoria a los partidos helenos contrarios a salir del euro sería un bálsamo para las descalabraduras hispanas. Y nueva “sorpresa”: al día siguiente de las elecciones, la prima de riesgo experimentó un subidón y se encontraron los cerebritos de la derechona con el cupo de presuntos culpables agotado. Por eso era necesario quitar de la agenda el debate sobre el estado de la Nación para evitar, o al menos retrasar, el momento en que la gente vea clara la mezcla de incompetencia y tomadura de pelo con que nos gobiernan. De ocurrirle a Zapatero ya estaría la derechona clamando por la Brunete.

De por medio, como especialmente revelador, el increíble episodio de los 100.000 millones del rescate bancario con que Rajoy ha rebajado la credibilidad de España por debajo de donde dice que la dejaron los psocialistas.

Recordarán ustedes que Rajoy compareció ante los medios a anunciar el rescate que días antes negó que estuviera sobre la mesa. Lo presentó como una “línea de crédito” que no incidiría en el déficit ni la deuda pues los bancos correrían con la devolución. Presumió, además, de sus presiones para lograr la tal “línea de crédito”, un éxito personal con que, aseguró, dejaba zanjados los problemas y podía irse tranquilo al España-Italia que se jugaba unas horas después de su triunfalista comparecencia.

No sé si Rajoy mintió o fue lo suyo falta de ignorancia. El caso es que los socios europeos se mosquearon y como practican un grado de transparencia desconocido para la derechona hispana, aclararon que, contra lo afirmado por Rajoy, el rescate tendría consecuencias sobre el déficit y la deuda; que los impagos bancarios, de producirse, recaerían sobre los de siempre; que estaba muy feo jactarse de haber presionado a Europa e irse al fútbol para transmitir una impresión de falsa normalidad.

Mintió, pues, Rajoy o no sabe lo que se trae entre manos, a elegir. Porque dos o tres días después de cantar las excelencias de la “línea de crédito”, afirmó que lo de los 100.000 millones era un desastre, algo muy negativo para España?lo que no impidió el anuncio, ayer, de que el lunes se solicitará oficialmente la entrega de 62.000 millones a cuenta. La suma fue recomendada por las consultoras que han analizado el sistema financiero español. Por cierto: según parece, el análisis distingue las entidades problemáticas de las sanas y a lo mejor descubrimos que el PP las metió a todas en el mismo saco para disimular que los grandes saqueos se circunscriben a cajas que han pasado años en la órbita del PP. ¿Hace falta hacer aquí la relación?

Cuando era oposición el PP señalaba a Zapatero como la verdadera prima de riesgo española y prometía que todo mejoraría en cuanto se marchara. Recordé por entonces al dominico charlatán Tetzel que vendía indulgencias en las mismas barbas de Lutero y aseguraba que nada más sonar las monedas en su cofre, el alma del difunto por el que se había pagado saldría volando del Purgatorio hacia el cielo. Así le llenó la cachimba al reformador que agarró unas tachas y un martillo y claveteó sus proposiciones donde pudieran verlas.

No sé qué fue de las almas de los difuntos pero sí que con Rajoy en La Moncloa todo ha ido a peor y como ya no podía la derechona culpar directamente a Zapatero ya fuera del poder, la emprendieron con su “legado”; ocultando, claro, que lo fundamental de ese legado provenía de Aznar.