Drive

En esto, la película dirigida por Nicolas Winding Refn entronca con la película Driver, dirigida en 1978 por Walter Hill, y protagonizada por Ryan O'Neal, quien también interpreta el papel del conductor. En lo que se diferencia la película protagonizada por Ryan Gosling es que su personaje, tras conocer a su vecina y al hijo de ésta, busca tener un contacto humano que el personaje de la película de Hill ni quiere, ni busca.

Ambos están dotados de una dignidad, valor y sentido del honor poco comunes, aunque lo expresarán de distintas maneras, con consecuencias diferentes. Todos estos valores llevarán al protagonista de Drive a tratar de ayudar al marido de su vecina, un delincuente de poca monta, una ayuda que se acabará convirtiendo en una trampa mortal para los dos personajes.

En Drive también habrá tiempo para ver cómo el director homenajea a una de las películas más famosas del cine policíaco, merced a su persecución por la calles de la ciudad de San Francisco. Cierto es que Ryan Gosling no es Steve McQueen, ni el Ford Mustang V8 que roba es el GT-390 que conduce McQueen por la ciudad de las colinas. Sin embargo, el espíritu de la película de Peter Yates está muy bien reflejado como a su vez está el de la ya mencionada Driver, de Walter Hill.

Drive es una historia de perdedores impregnada del aroma de las películas de cine negro clásico, algo de western, dosis de melancolía y un ritmo frenético cuando le toca el turno, lo que hace de ella una cinta muy recomendable y que demuestra la valía de actores como Ryan Gosling y Carey Mulligan, la protagonista femenina.

Lástima que la película pasara bastante desaperciba por las taquillas, tras su presentación en el festival de cine de Sitges 2011 aunque ahora, con su llegada al mercado, tanto formato DVD como Blu-ray, se abre una puerta para descubrirla. Si lo hacen, no se sentirán defraudados.

Eduardo Serradilla Sanchis