Espacio de opinión de Canarias Ahora
Por encima de críticas, ¡la unión!
Ese sencillo cierre de filas de los partidos tradicionales, que muchos pensamos que sólo gira en torno a la “pela”, ciertamente no debe constituir un espejo en el que se miren esos otros, que se mueven con filosofías más cercanas a las necesidades reales de los ciudadanos y por la conservación de nuestro Mundo para futuras generaciones, pero sí el espejo de sus propios errores, que les han impedido desde siempre constituir la necesaria unión que fuerce el añorado cambio. Porque, claro, a estos errores que de por sí separan, se les suman otros no menos negativos, como las habituales campañas de desacreditación que se lanzan desde los partidos de primera fila, campañas que, sin entrar en posibles costes del tipo que sea, a veces nacen desde escenarios que son muy difícilmente digeribles.
Y llegado a este punto, y dejando muy claro que personalmente me decanto por esos otros partidos y que apuesto por la unión de “todos” ellos, porque lo estimo vital para forzar el cambio, quiero referirme a unas recientes aseveraciones que me han sorprendido y que parecen formar parte de esas campañas externas orquestadas de desacreditación. Me estoy refiriendo a unas manifestaciones realizadas por Carlos Sosa, director del digital Canarias Ahora, en el programa la trapera de Radio San Borondón, muy poco digeribles por venir de donde vienen y dirigidas a las personas que las dirige. Siempre he estimado la labor de este periódico digital, que me publica artículos con frecuencia y espero que después de esto me los siga publicando, y de su director, pero no comparto en absoluto las cosas que dijo ni los argumentos que utilizó, como si de un alto dirigente del PSOE se tratara, contra personas honestas a carta cabal, como Odalys, y otras que se vieron obligadas a abandonar el PSC y organizarse para continuar en política, porque desde allí se actuó, por mucho que lo niegue Carlos Sosa, de forma injusta y rayana a lo deleznable.
Carlos, sólo espero que tus palabras no desvíen a nadie, yo no pertenezco a Socialistas por Tenerife, pero sí estoy convencido de la capacidad de trabajo y honestidad de todos sus integrantes, algo extremadamente importante en los momentos de degradación que vivimos. No creo que dudes, si eres justo, no mal intencionado y no te mueves para beneficiar a terceros, de la capacidad y honestidad de Odalys Padrón, pues lo único que ella siembra es ilusión entre los ciudadanos y miedo y preocupación dentro del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz, que ya sabe lo que es sufrir la oposición y el control de esta transparente, trabajadora y persistente mujer. No deberías, Carlos, con la aparente finalidad de justificar lo injustificable, me refiero al rechazable golpe de mano al PSC en Tenerife, descalificar a personas de valía, porque con ello sólo consigues descalificar a un Medio que muchos leemos y admiramos.
Perdóname, Carlos, si ves en este escrito un consejo, no lo pretendo, por favor tómalo como algo que me sale del corazón y hago llegar a las personas que aprecio. Que sean los políticos los que hagan estos malolientes enjuagues, porque huele muy mal todo esto. Y aunque seas un ferviente seguidor del mismísimo José Miguel Pérez y del Partido Socialista Canario, a quienes yo he defendido públicamente en muchas ocasiones, y pueda ser normal que tú los ensalces hasta los niveles que lo haces, no parece justo que lo hagas descalificando a terceros, largamente conocidas como personas honestas y trabajadoras, como sucede en este caso. Finalizo reiterando mi apuesta por la necesidad de un cambio político y realizando un llamamiento a la unidad política de esos otros Partidos que están convencidos, con la honestidad como bandera, de que otro Mundo es posible, de que otra Canarias es posible. Ahora tiene que primar echar a la calle a los malos gobernantes de siempre, aún estamos a tiempo y nos va el futuro en ello. Aparquemos diferencias, merece la pena y todos juntos lo podremos conseguir, ¡ha llegado el momento!
Cándido Quintana
Ese sencillo cierre de filas de los partidos tradicionales, que muchos pensamos que sólo gira en torno a la “pela”, ciertamente no debe constituir un espejo en el que se miren esos otros, que se mueven con filosofías más cercanas a las necesidades reales de los ciudadanos y por la conservación de nuestro Mundo para futuras generaciones, pero sí el espejo de sus propios errores, que les han impedido desde siempre constituir la necesaria unión que fuerce el añorado cambio. Porque, claro, a estos errores que de por sí separan, se les suman otros no menos negativos, como las habituales campañas de desacreditación que se lanzan desde los partidos de primera fila, campañas que, sin entrar en posibles costes del tipo que sea, a veces nacen desde escenarios que son muy difícilmente digeribles.
Y llegado a este punto, y dejando muy claro que personalmente me decanto por esos otros partidos y que apuesto por la unión de “todos” ellos, porque lo estimo vital para forzar el cambio, quiero referirme a unas recientes aseveraciones que me han sorprendido y que parecen formar parte de esas campañas externas orquestadas de desacreditación. Me estoy refiriendo a unas manifestaciones realizadas por Carlos Sosa, director del digital Canarias Ahora, en el programa la trapera de Radio San Borondón, muy poco digeribles por venir de donde vienen y dirigidas a las personas que las dirige. Siempre he estimado la labor de este periódico digital, que me publica artículos con frecuencia y espero que después de esto me los siga publicando, y de su director, pero no comparto en absoluto las cosas que dijo ni los argumentos que utilizó, como si de un alto dirigente del PSOE se tratara, contra personas honestas a carta cabal, como Odalys, y otras que se vieron obligadas a abandonar el PSC y organizarse para continuar en política, porque desde allí se actuó, por mucho que lo niegue Carlos Sosa, de forma injusta y rayana a lo deleznable.