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La historia se reaviva

Teo Mesa / Teo Mesa

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Tal ha sido el inocente autismo y contubernio de ICAN, cayendo en las fauces del tinerfeñismo más radical, en sus antológicas demandas y de voraz anulación de la isla de Gran Canaria, con la falaz letanía de unidad regional. Y también de los otros partidos, con los que comparte gobierno, como el pasotismo del PP, al que solo le preocupa ocupar el poder político; o la callada por respuesta, del PSOE, omitiendo juicio alguno contra los continuados desmanes. Todos ellos, una vez apoltronados, y con los votos de confianza obtenidos en esta glosodemocracia, de que lucharían por los derechos y equidad entre todas las islas, no solo por la de Gran Canaria, sino por una igualdad general, en base a las necesidades, prioridades y a la cuantía poblacional de cada isla. Pero éstos, una vez en el cargo (que parece ser, era su meta), siguen los dictados de las ambiciones ancestrales de ATI, centralizando todo el poder administrativo Autonómico en la isla de Tenerife. Codicia que ya es añeja costumbre (y pathos), en los poderes oligárquicos de Tenerife.

Revivir la historia, es un aplicado ejercicio más, en la actualidad de las irrenunciables pretensiones chicharristas, que desde hace siglos, solo cuentan con una doctrina programática: para y por Tenerife, sobre todo para los dividendos de los adinerados que comandan en la escena política. Si nos remitimos a la nefasta historia de esta inabarcable avaricia política y dineraria, encontramos en las hemerotecas:

Que la aprobación del proyecto del puerto de La Luz, por las Cortes de Madrid, a favor de la capital grancanaria, no saldría gratis al eminente político, y a la par Ministro de Ultramar, Fernando León y Castillo, al ser interpelado por el diputado de Tenerife, Villalba Hervás, y bajo las presiones oligárquicas tinerfeñas, acusando con gruesas afirmaciones contra el Gobierno, y especialmente contra el ministro aludido, al que tildó de cacique, por aprobar la construcción del puerto en Gran Canaria.

Escribía el diputado por Gran Canaria, Prudencio Morales, en un artículo en la prensa local, en marzo de 1912: “En 1809, cuando la ciudad de Las Palmas se sacudió el yugo tiránico de la Junta de La Laguna y se constituyó aquí el Cabildo Permanente”.

La Delegación de Hacienda, según las reformas del Gobierno en 1912, impidieron, con presiones tinerfeñas a Madrid, su creación en Las Palmas. Asimismo, las Reformas de Reglamento de los Cabildos Insulares, también en 1912, fue otra de las luchas viscerales, con el objetivo de establecer un único poder dominante sobre todas las islas, en Santa Cruz de Tenerife. Un titular del rotativo Diario de Las Palmas, de agosto del mismo año, en primera plana, escribía: Tenerife, siempre egoísta. Entre otros duros titulares en los diarios escritos, y con idénticas calificaciones por dicha disputa.

El primer Instituto de Enseñanzas Medias, que fuera, también, de idéntica y absoluta negación por parte de La Laguna, para su ubicación en Las Palmas de Gran Canaria, que desde 1912, lo reclamara en las Cortes el diputado Julián Nougués; e intermediando, en la resolución a su favor, el ilustre diputado por Las Palmas D. Benito Pérez Galdós, quien intercedió ante el ministro de Formación pública, para que se otorgara este derecho inalienable a la isla, en 1914.

La doble capitalidad del archipiélago, se estuvo fraguando desde casi todo el siglo XIX y parte del XX, con la demanda de la población en continuada reclamación a los poderes centrales madrileños, ante la perversa acritud en la permanente negativa de Tenerife a la división regional, consiguiéndose, al fin, en 1927. El egregio D. Benito, muy partidario de la provincia de Las Palmas, en una larga entrevista, que le hiciera El Bachiller Corchuelo, le insinuaba: “No olvide Vd. de decir, que quiero la división de la provincia. Es vieja y legítima aspiración de mi tierra”.

La autonomía plena de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se constituyó oficialmente el 23 de abril de 1989, previas multitudinarias manifestaciones de la población en las calles de la ciudad, exigiendo este derecho y demanda al saber y la cultura.

Actualmente en Tenerife han conseguido todo el poder económico y administrativo en todos los órdenes, siendo el poder omnímodo que siempre han aspirado, siendo la capitalidad, de hecho, de Canarias anulando a la provincia de Las Palmas totalmente. Y la historia continúa con su ristra de desvergonzados vilipendios hacia la ciudad y la isla. Los recientes filibusterismos del Ciclotrón (cuando en el Negrín ya estaban preparados para recibirlo, además de la promesa hecha por la Sra. Consejera). La sede de la Policía Canaria, en Santa Cruz. La cuasi obligatoria, manu militari a las empresas, para que se ubiquen en Santa Cruz. Los convenios con las compañías aéreas y navieras, para que hagan sus vuelos directos a importantes ciudades del mundo, como es el ejemplo, del reciente acuerdo con Iberia, para unir Tenerife con París, con las exigentes bendiciones del Gobierno de ATI; o para que hagan escala en el puerto de los cruceros o tengan desde el mismo las salidas cruceristas. Obviando a las demás islas.

La capital tinerfeña se ha bunquerizado con la deplorable centralización de todas las Consejerías en suelo tinerfeño, de la administración de la Autonomía, con la insania de controlar y maniquear toda la gobernación del Archipiélago, de tal forma, que nadie mueve una pluma sin el consentir de los poderes fácticos radicados en Santa Cruz, dejando a los demás islas los rastrojos de los repartos y poderes administrativos, dando con ello, mayores oportunidades a los residentes en aquella isla, para alcanzar logros laborales, omitiendo la equidad, equilibrio y derechos de las demás islas, sobremanera la capital más antigua del Atlántico, que fundaran los Reyes Católicos en 1478, además de ser la de mayor población de Canarias. Y todo ello, por un puñado de votos de una sola isla, y de la anticonstitucional y tribal Ley Electoral canaria.

Teo Mesa

Tal ha sido el inocente autismo y contubernio de ICAN, cayendo en las fauces del tinerfeñismo más radical, en sus antológicas demandas y de voraz anulación de la isla de Gran Canaria, con la falaz letanía de unidad regional. Y también de los otros partidos, con los que comparte gobierno, como el pasotismo del PP, al que solo le preocupa ocupar el poder político; o la callada por respuesta, del PSOE, omitiendo juicio alguno contra los continuados desmanes. Todos ellos, una vez apoltronados, y con los votos de confianza obtenidos en esta glosodemocracia, de que lucharían por los derechos y equidad entre todas las islas, no solo por la de Gran Canaria, sino por una igualdad general, en base a las necesidades, prioridades y a la cuantía poblacional de cada isla. Pero éstos, una vez en el cargo (que parece ser, era su meta), siguen los dictados de las ambiciones ancestrales de ATI, centralizando todo el poder administrativo Autonómico en la isla de Tenerife. Codicia que ya es añeja costumbre (y pathos), en los poderes oligárquicos de Tenerife.

Revivir la historia, es un aplicado ejercicio más, en la actualidad de las irrenunciables pretensiones chicharristas, que desde hace siglos, solo cuentan con una doctrina programática: para y por Tenerife, sobre todo para los dividendos de los adinerados que comandan en la escena política. Si nos remitimos a la nefasta historia de esta inabarcable avaricia política y dineraria, encontramos en las hemerotecas: