Espacio de opinión de Canarias Ahora
Huelga general: ciudadanos contra políticos
Con este panorama y como forma de expresión contraria a lo que viene imponiéndose, los ciudadanos tenemos un método de expresión de nuestra repulsa y rechazo: la huelga general. Es legal y reconocida constitucionalmente como enfrentamiento a lo que, unipersonalmente, deciden los gobernantes sin ninguna pregunta previa y sin consensuar sus decisiones, que llevan, como es público y notorio, a la situación actual del Estado.
El Estado con mayor desempleo de toda Europa, el Estado con una de las mayores deudas públicas y privadas existentes, con niveles de pobreza alarmantes, con déficits en la educación que muestra índices de fracasos docentes, con una sanidad en franco deterioro como lo sufren sus usuarios, con una enorme situación de dependientes sin amparo, con una clase política alejada de la realidad social que dicen dirigir y que se identifica con privilegios que no se entienden, con prebendas fiscales, de jubilación, de sueldos y otras serie de ventajas que, en el estado actual de emergencia social que vivimos, nadie comparte y todos critican. Pero oídos sordos?. Nadie atiende a las demandas sociales. Nuestras voces no se escuchan en esa urna de cristal acordonada y protegida por las fuerzas públicas a la que no llegan los gritos y sollozos de los habitantes que claman por un cambio, que son los parlamentos. En esa burbuja, aislada de su entorno, no les gusta que se les moleste, que se le exijan sus promesas incumplidas, que se les recuerde lo prometido en campañas y programas electorales. Ellos están por encima del bien y del mal, son los elegidos, los que hemos puesto en esos cargos para que hagan y deshagan a su antojo durante cuatro años en que, nuevamente, volverán a mentirnos y ofrecernos toda clase de mejoras y beneficios sociales para que les votemos “democráticamente” y así continuar la rueda, el círculo vicioso del que parece no podemos salir nunca.
Con todo ello, no se entiende la apatía del pueblo, no se entiende como nos hemos resignado a soportarlo todo sin expresar nuestro grito y nuestra acción de repulsa. Nos han “adoctrinado” durante tantos años que no tenemos capacidad de reacción. Hemos humillado la cabeza y mantenemos una actitud pesimista y de sumisión. Nos convencemos de que no hay nada que hacer, que la culpa es de la crisis, que hay que aguantar hasta que pueda cambiar, que tienen mayoría absoluta de gobierno, que ya vendrán otros tiempos?.Estamos con el espíritu abatido, hemos entregado las armas, nos hemos rendido. ¡Y no lo entiendo!
Los ciudadanos tenemos que reaccionar, tenemos que cambiar nuestra actitud, hay que hacer escuchar nuestras voces, nuestras ideas. Tenemos que rebelarnos contra lo establecido porque otro mundo es posible. ¿Es que no lo fue antes?
Y una forma de hacerlo es participar en esta próxima huelga general, en acudir a las manifestaciones, en hacernos oír y ver en las calles. Que nuestros gobernantes y políticos sepan que no todo vale, que hemos llegado al límite, que no aguantamos más. Y podemos hacerlo ver de muchas formas, unas pacíficas y, ¿por qué no? , otras más vehementes y agresivas, para que se sepa que estamos vivos, que no hemos renunciado a lo que, entre todos hemos construido para nosotros y para nuestros hijos.
Debemos exigir un cambio de rumbo, retornar a la ciudadanía su protagonismo y poder. No se puede seguir aguantando más y asentir, con estas políticas, a nuestra propia desaparición como individuos y como sociedad.
Todos los ciudadanos, los parados, los jubilados, los pensionistas, los enfermos, los sanitarios, los discapacitados, los dependientes, los jóvenes, los mayores, los estudiantes, los profesores, los científicos, los desahuciados, los que pasan hambre, los sindicatos, los políticos?TODOS?.
¡A la calle?¡
Carlos GarcÃa
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