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Intrusismo en lo judicial

Se le imputa a Matos haber consignado parcelas privadas como suelo de titularidad pública para mejorar las opciones del ayuntamiento tirajanero en el concurso eólico que primaba las mayores superficies en las concesiones. Si esto es así, Matos actuó para mejorar las posibilidades de su municipio en el concurso, no para enriquecerse él, lo que marca ciertas diferencias respecto al corrupto común.

Sentado esto, puede entenderse que NC cierre filas en su defensa política. Si bien haya de recordársele su propia doctrina acerca de la imposible continuidad en el cargo de los imputados.

Pero una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas. Por más que se acepte que el enriquecimiento personal no era el objetivo de Silverio Matos, el Infierno está empedrado de buenas intenciones. Quiero decir que, de ser cierto el hecho imputado, Matos metió la pata. Cometió una alcaldada que ya se encargará el juez de calibrar.

Ya metido en harina, diréles de la inutilidad de diferenciar en los casos de corrupción el aspecto jurídico, asunto exclusivo de los jueces, del político determinado por sus repercusiones en el crédito y la dignidad institucionales ante la sociedad y en la confianza que han de depositar los ciudadanos en los políticos para que el sistema no se vaya a pique.

Lo digo porque ayer un lector calificó en tono insultante de juicios paralelos esas apreciaciones mías. Como abusa del anonimato, le diré que los periodistas asumimos al menos el riesgo de firmar nuestras opiniones en materias que, además, nos conciernen también como ciudadanos. Si lo que quiere es que nos callemos, dígalo claramente y estaremos hablando de otra cosa; de si tiene razón el alcalde moganero al acusar a la Policía de acosarlo para lincharlo; por encargo del Gobierno de España a través de los jueces que viven obsesionados por sentarle la mano.

En mi caso, hubiera acertado el anónimo lector faltón si, en lugar de atribuirme estúpidamente la pretensión de hacer de juez, me acusa de fusilar a politólogos y sociólogos que han escrito sobre el fenómeno de la corrupción y de los que tomé, debo confesarlo, hasta lo de la metástasis.

Se le imputa a Matos haber consignado parcelas privadas como suelo de titularidad pública para mejorar las opciones del ayuntamiento tirajanero en el concurso eólico que primaba las mayores superficies en las concesiones. Si esto es así, Matos actuó para mejorar las posibilidades de su municipio en el concurso, no para enriquecerse él, lo que marca ciertas diferencias respecto al corrupto común.

Sentado esto, puede entenderse que NC cierre filas en su defensa política. Si bien haya de recordársele su propia doctrina acerca de la imposible continuidad en el cargo de los imputados.