Por una izquierda necesaria

La militancia de Izquierda Unida está convocada desde este lunes y hasta el próximo domingo a votar los documentos políticos y las candidaturas presentadas a la XII Asamblea Federal. Los afiliados y afiliadas a IU lo hacemos en un contexto caracterizado por la baja participación en estos meses de debate de los dos documentos presentados –ante la cerrazón de la dirección de no aplazarla hasta que la virulencia de la crisis sanitaria hubiese remitido- y de irrelevancia de nuestra organización ante el conjunto de la opinión pública. 

La estrategia de subordinación y disolución en otros proyectos políticos que ha desarrollado a lo largo de estos cinco años de mandato la actual dirección, con una pérdida progresiva de apoyo electoral que nunca ha sido analizada en profundidad, ha conducido a tener menos militancia, menos participación y a la ausencia total de posicionamientos propios en del debate público. ¿Qué se espera de nosotros ante cualquier cuestión política que no sea la ratificación acrítica de lo dicho por el Secretario General de otro partido con el que formamos una coalición electoral? ¿Existe una valoración propia y crítica de nuestra participación en el Gobierno de España y del alcance de las políticas que desde allí se han aplicado?

Se ha consumado en estos años la transformación de una organización en la que primaba la elaboración colectiva y la búsqueda del consenso entre distintas sensibilidades en la toma de decisiones por otra en la que un reducido núcleo dirigente traslada a los órganos federales lo acordado en espacios de coordinación con otros partidos. En el mejor de los casos se traslada la ratificación de lo decidido –pero no el debate previo- a la militancia.

¿Qué hacer? Compañeros y compañeras de todo el país que cuestionamos esta estrategia política hemos presentado un documento y una candidatura, encabezada por José Antonio García Rubio, para la XII Asamblea Federal. Lo hacemos desde la militancia de base, desde nuestro conocimiento cercano de la realidad más inmediata en la que vivimos y participamos, ya sea en el ámbito sindical, en el de los movimientos sociales o en el de la política institucional. Lo hacemos reivindicando la trayectoria de lucha, compromiso y coherencia con nuestro programa y nuestros principios ideológicos.

Nuestro proyecto para IU pasa por la defensa de una organización plenamente soberana y autónoma para definir y proponer su propuesta política y su política de alianzas, que no puede suponer la desaparición de facto de la misma o la conversión en una cuota a tener en cuenta a la hora de confeccionar las candidaturas de una coalición electoral o de la formación de un gobierno.

Como en 1986, al calor de las movilizaciones contra la OTAN, nuestro proyecto transformador y alternativo, orientado al socialismo, sigue estando perfectamente vigente. El mundo y el país más desigual que está surgiendo tras la pandemia, donde la institucionalización y normalización del discurso de la extrema derecha es una realidad, necesita de este proyecto. Necesitamos seguir contando con una izquierda necesaria como la que durante los últimos 35 años ha representado Izquierda Unida y eso es lo que está en juego en la próxima Asamblea Federal.