En el fondo del corazón de cada ser humano, desde la infancia más temprana hasta la tumba, hay algo que continua esperando indómitamente, a pesar de toda experiencia de los crímenes cometidos, sufridos y presenciados, que se hará el bien y no el mal.
Las palabras la filósofa Simone Weil que encabezan este artículo están plenas de un optimismo que puede inspirar a quienes trabajan por un mundo mejor. Ella, nacida en una familia judía intelectual y laica, estuvo siempre contra la opresión y por la emancipación de los trabajadores con una dosis de misticismo que hizo que, momentos antes de su muerte, se bautizara cristianamente. Así que, al enterarse del ataque a la democracia republicana en España, no lo dudó un instante y vino a España a luchar por las libertades. Se alistó en la Columna Durruti durante la Guerra Civil Española y luego, tras la derrota, pasó a Francia formando parte de la Resistence Francesa contra el nazismo y el Régimen autoritario de Vichy.
Dirigiéndose al escritor católico Geoges Bernanos, que había denunciado los crímenes franquistas en Mallorca en Les Cimetieres sous la lune, Simone Weil escribió: “Nunca nadie ni entre los españoles ni los franceses que estaban en España combatiendo o de visita, habló de las matanzas inútiles con repulsa, disgusto o rechazo siquiera. Sí, es verdad que el miedo desempeña un papel importante en la carnicería; pero donde yo estaba no parecía tener tanta importancia [...] Mi teoría es que una vez que las autoridades temporales y espirituales han decidido que las vidas de ciertas personas carecen de valor, nada es tan natural en el hombre como matar. Tan pronto como los hombres saben que pueden matar sin temor a represalias, empiezan a matar, o al menos, animan a los asesinos con sonrisas de aprobación».
Mucha razón tenía la filósofa Weil con sus observaciones, tanto en un bando como en otro. Pero la gran diferencia era que en el lado de los insurrrectos antirrepublicanos, tanto la autoridad militar como las jerarquías de la Iglesia, bendecían y no sólo disculpaban, sino que estimulaban el “castigo” contra los “antiespañoles republicanos”, vendidos a... a Moscú, claro. Mientras que el Gobierno de la República trataba de poner orden y frenar la furia de muchos extremistas.
La Sima de Jinámar es uno de los lugares de terrible recuerdo de la represión franquista en Canarias en que unos, los franquistas, se sentían respaldados por los representantes de Dios y por las autoridades militares. Podían matar tranquilos a sus enemigos de ayer o a desconocidos. La infernal boca volcánica se abre a unos 80 metros de profundidad donde fueron arrojados republicanos. Algunos, arrojados tras ser torturados y liquidados con un tiro en la cabeza; otros fueron empujados vivos. Gentes del entorno oían gritos y gemidos de los que agonizaban en el interior de la sima.
Y el pasado lunes 1° de noviembre salió una marcha desde la Plaza de Jinámar hasta la Sima de Jinámar. Allí hubieron intervenciones conmemorativas y también una ofrenda floral. Los actos organizados por el Partido Comunista de Canarias, por la Unión de Juventudes Comunistas, por Izquierda Unida Canaria y por las Comisiones Obreras, estaban abiertos a la participación de quienes fueran solidarios, de manera que intervinieron el PFE, el grupo Antifascista Elsa Wolff, la Asociación Eduardo Suárez, Asociación de la Memoria Histórica de Arucas, Foro por la Memoria Histórica de Canarias, Asociación de Saharauis Residentes en Canarias, el Consulado de Cuba en Canarias, la Asociación de de Cubanos Residentes en Canarias. También hubo música y poesías presentadas por Gonzalo Macías y Julio Pérez Tejera de Telde.
Asistieron unos 150 personas entre las que se encontraban dos nietos del diputado comunista ejecutado Eduardo Suárez, un sobrino de Juan García “el Corredera”, una nieta del luchador José Santana Florido (Pollo Florido), así como un sobrino del concejal republicano José Tejera Santana.
EL EJEMPLO DEL GOBIERNO DE LAS BALEARES
El pasado día 29 de octubre el Govern de ls hermanas islas Baleares rompió una lanza por la recuperación de la Memoria Histórica siendo la primera comunidad Autónoma que reconoció públicamente los crímenes del franquismo y entregó 124 certificados de víctimas franquistas a familiares de represaliados en Baleares. El acto tuvo lugar en el Palau de Congresos de Palma porque era el lugar institucional más adecuado de la actual Democracia. Contaron con la presencia de más de 600 asistentes, entre los que se encontraban, como en Jinámar, 450 familiares de personas represaliadas por la Dictadura del general Franco.
Según la presidenta del Govern, Francina Armengol, este primer acto de Homenaje y reconocimiento institucional a las víctimas del franquismo en las islas Baleares ha de servir para “cerrar heridas”. Francina Armengol recordó que el Día del Recuerdo, que coincide con la fecha del 29 de octubre, había sido establecido como tal en la Ley de Memoria Democrática aprobada en 2018, y significa, según afirmó, “un día de reconocimiento y de homenaje” a las personas represaliadas por la dictadura y, al mismo tiempo, una jornada para “no olvidar y seguir trabajando como hace el Govern para cerrar heridas”.
“El Govern seguirá con este planteamiento desde la ley de Memoria Democrática, que empuja a no olvidar y a aprender del pasado”, ha incidido Armengol, quien ha sentenciado que “aunque la Democracia llega tarde, el Ejecutivo autonómico trabaja y seguirá haciéndolo para no olvidar, aprender del pasado y seguir buscando justicia y reparación para las víctimas y las familias”.
Recordemos: CANARIAS como BALEARES y otras muchas Regiones NO FUERON PARTE ACTIVA de la guerra Civil , sino que sus poblaciones fueron víctimas desarmadas e indefensas a la saña terrorista. Primero fue el Golpe de Estado que triunfó con medidas terroristas en ciertos territorios fracasando en las grandes ciudades y convirtiendo el fracasado Golpe en Guerra Civil con la ayuda política, económica y militar activa de la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Mussolini.
Partiendo de situaciones similares de unilateralidad de victimarios franquistas y víctimas republicanas y al ver la diferencia de tratamiento a la Memoria Histórica que ha hecho el Govern balear y el NO HECHO ni por el Gobierno Canario de Coalición, ni por el Cabildo grancanario ni los Ayuntamientos, varios de los asistentes se preguntaron qué es lo que piensan hacer las autoridades progresistas y cuando.
El acto lo cerró la intervención del organizador, Manuel Rodríguez, conocido como Lolo, del Partido Comunista. Diciendo, entre otras cosas, que es “necesario conocer la verdad”, que hay que “cerrar las heridas que nunca se cerraron, reconociendo a las víctimas, rescatando sus restos” y darles digna sepultura. Recordó cómo recientemente veteranos luchadores “rojos” como Miguel Jiménez, Domingo Valencia y Pablo Rodríguez quisieron que sus cenizas descansaran en la Sima de Jinámar junto a las de sus antiguos camaradas sacrificados.
Asimismo puso de relieve que la agresión de las Derechas continúa de diversas formas contra los sectores populares y obreros, contra la derogación de la Reforma Laboral, contra el Derecho a la Vivienda cuyos precios se disparan en continua especulación, contra la eliminación de la llamada Ley Mordaza, etc.
Ha pasado una fecha dolorosa más en que el recuerdo que nos trae la Memoria no acaba de cerrarse en un gesto satisfecho de Reconciliación . Algo falta, algo como en Baleares o mayor si cabe. Parece que hay en el Cabildo de Gran Canaria un presupuesto para la Sima y también para el Pozo de Tenoya. Pero obras son amores y no buenas razones. La pregunta es qué harán el Gobierno canario, los Cabildo y Ayuntamientos para acreditar el nombre de progresista en lo que se refiere a la reparación histórica, aunque sólo sea de la Memoria.
Recordando y repitiendo las palabras de Simone Weil: “En el fondo del corazón de cada ser humano, desde la infancia más temprana hasta la tumba, hay algo que continua esperando indómitamente, a pesar de toda experiencia de los crímenes cometidos, sufridos y presenciados, que se hará el bien y no el mal.”
Esperemos que se hará el bien, porque el mal ya lo hicieron otros.