Espacio de opinión de Canarias Ahora
Miedo a la pobreza
-Pues yo creo que son un peligro. Nos están invadiendo y realmente tienen claro cuál es su objetivo: hacerse con todo lo nuestro, con nuestro modo de vida, con nuestros recursos y nuestro futuro…
-Creo que el error te inunda. Reconoce que, cuando la desesperanza es tu primer pensamiento de cada día y no tienes nada que perder, pones en riesgo lo poco que te queda, porque siempre será mejor lo que puedas obtener.
-Ya. Pero yo no haría eso. Si tuviera necesidad de cualquier cosa, lo pediría. Seguro que siempre hay alguien que le sobre algo y me lo pueda dar.
-Perdona que te diga que esa es la percepción cristiana del reparto: la caridad. Solo das lo que te sobra. No compartes lo que tienes, que es el fundamento básico de la solidaridad.
-¿Y por qué he de compartirlo, si lo he ganado con el sudor de mi frente? Creo que cada cual tiene lo que se merece, y si apuestas a que todo te venga dado, pues es probable que no obtengas nada.
-Bueno, esa es una apreciación de la realidad que tu tienes, porque has nacido en un entorno en donde las necesidades básicas ya estaban cubiertas. Realmente entre toda la sociedad te hemos ayudado a crecer sin que nos dieras nada a cambio. De hecho, se podría semejar a una inversión intertemporal, en donde, tras haber alcanzado el cénit de tu aprendizaje, comienzas a devolver en forma de convivencia y respeto todo lo que se te ha dado. ¿O es que ya traías el merecimiento de serie?
-Llámalo suerte. Podría haber sido miembro de la realeza y no tener que aspirar a nada porque dependiendo de dónde naces, ya eres.
-¿Y eso sí te parece bien? Es decir, que por designio divino ya tengas un itinerario en tu vida, ¿qué pasa con el resto? No, no y no. Mira, estás sumido en la más profunda de las equivocaciones. Se nace no solo para estar, sino para evolucionar, sin que eso signifique que empeores al resto.
-Pues sigo pensando que el que me invadan, me da miedo.
-Vuelves a caer en un error, tanto semántico como cuantitativo. En África hay 1.360 millones de personas. En concreto, en la región subsahariana conviven 1.080 millones, en donde el 41% sobreviven con menos de 1,60 euros al día o 584 euros/año, como más te guste. De hecho, de los diez países con mayor desigualdad en el mundo, siete de ellos están en ese continente. En Canarias, donde la renta per cápita es de 21.031 euros, en 2020 han arribado diecisiete mil personas en cayucos, deseando entrar en Europa, siendo la población del Archipiélago de 2,15 millones de personas. Es decir, recibimos el 0,001% del potencial y representan el 0,78% de la población en las Islas. Así y todo, estoy de acuerdo contigo que en solitario no se pueden acometer las soluciones. Es un problema nacional, europeo y, si me aprietas, mundial...
-Ya, ya. Los datos son los que son, pero si no tienen nada allí, tampoco tendrán nada aquí y terminarán por querer lo nuestro, sobre todo cuando sus tripas comiencen a sonar. Porque coincidirás conmigo que hay un problema.
-¡Claro que hay un problema! ¡Y no es nuevo, porque hace tiempo que existe! Pero, ¿qué esperabas? ¿Qué pacientemente aguardaran a que te dieses la vuelta y dejaras de vivir de espaldas porque era un tema que no te afectaba directamente? ¿Qué tu estatus permanezca invariable sin ningún tipo de reclamo, aunque sea relativo a la conciencia? Diferente sería que aterrizaran en jets privados o llegaran en yates de lujo. Ahí seguro tu intranquilidad no sería tan alta. Mira, realmente creo que no le tienes miedo a la población extranjera. Tú lo que le tienes miedo a la pobreza.
José Miguel González Hernández
-Pues yo creo que son un peligro. Nos están invadiendo y realmente tienen claro cuál es su objetivo: hacerse con todo lo nuestro, con nuestro modo de vida, con nuestros recursos y nuestro futuro…
-Creo que el error te inunda. Reconoce que, cuando la desesperanza es tu primer pensamiento de cada día y no tienes nada que perder, pones en riesgo lo poco que te queda, porque siempre será mejor lo que puedas obtener.