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Parón al REF

Como estaba previsto (y advertido) el Gobierno Rajoy ha dejado claro que no piensa sentarse a negociar el REF económico con el Gobierno de Canarias, porque no hay tiempo para abordarlo en lo que queda de legislatura. Eso es cierto: en apenas un mes es muy poco lo que puede hacerse, pero la Administración no interrumpe sus trabajos (o no debería hacerlo) porque se acerquen citas electorales. Lo que aprueba un Gobierno debe ser aplicado por otro. Y el texto del REF remitido a Madrid fue apoyado por los nacionalistas, los socialistas y el propio PP, por lo que –sea el que sea el Gobierno que salga de las próximas elecciones- ése texto seguirá siendo respaldado por la mayoría.

Por lo tanto, lo que el Gobierno de Rajoy hace realmente cuando pisa el freno de la negociación es advertir que esta dependerá de quien esté en el próximo Gobierno. Ese es el mensaje inequívoco lanzado desde Madrid a los nacionalistas, que son los que hoy ocupan la centralidad política en el Archipiélago: “Si quieren negociar el REF, pacten con el PP”.

Lo que ocurre es que la posición del Gobierno de Rajoy sobre el REF económico no coincide con la que apoyó en el Parlamento el PP de Canarias. En el Ministerio se considera que el sistema de ayudas compensatorias hoy vigente debe ser completamente modificado. Lo que más preocupa a Madrid, que ya ha volado los convenios de empleo, carreteras e infraestructuras turísticas, reducidos en sus dotaciones a una sombra de lo que fueron, es eliminar el sistema de convenios, implantando otro formato. El Ministerio siempre ha creído que los convenios permiten la opacidad en el manejo de las aportaciones del Estado, y que su gestión por parte de las Comunidades Autónomas es deficiente. Esa creencia oculta la voluntad de un ejecutivo que alardea de su centralismo, y gusta de cambiar las reglas de juego. No comprenden que si son ellos –el Estado- quienes ponen el dinero, seamos nosotros –la Comunidad Autónoma- quien decida a quien se contrata y como se gasta. Todo eso se rodea de palabrería fiscal y términos para entendidos, pero la clave es de quien es el poder de decidir quien se lleva la pasta. Otra cosa es el discurso liberal sobre las subvenciones, con el que el Gobierno de Rajoy vende la idea de que Canarias se ha instalado en el victimismo y la dependencia. Ambas cosas son ciertas: la economía de Canarias es dependiente -lo ha sido siempre- y sus líderes se han habituado a la queja y el lloriqueo. Pero eso no cambia el hecho de que la función primordial del Estado moderno sea reducir las desigualdades existentes entre sus administrados y los territorios que lo forman. Y en esa tarea, el PP ha usado la crisis para retroceder veinte años en materia de igualdad entre los ciudadanos, y para dejar a las regiones en las que no gobierna “cuanto peor mejor”.

Una verdadera política de tierra quemada, de la que este nuevo retraso a la negociación del REF es sólo una mínima anécdota.

Como estaba previsto (y advertido) el Gobierno Rajoy ha dejado claro que no piensa sentarse a negociar el REF económico con el Gobierno de Canarias, porque no hay tiempo para abordarlo en lo que queda de legislatura. Eso es cierto: en apenas un mes es muy poco lo que puede hacerse, pero la Administración no interrumpe sus trabajos (o no debería hacerlo) porque se acerquen citas electorales. Lo que aprueba un Gobierno debe ser aplicado por otro. Y el texto del REF remitido a Madrid fue apoyado por los nacionalistas, los socialistas y el propio PP, por lo que –sea el que sea el Gobierno que salga de las próximas elecciones- ése texto seguirá siendo respaldado por la mayoría.

Por lo tanto, lo que el Gobierno de Rajoy hace realmente cuando pisa el freno de la negociación es advertir que esta dependerá de quien esté en el próximo Gobierno. Ese es el mensaje inequívoco lanzado desde Madrid a los nacionalistas, que son los que hoy ocupan la centralidad política en el Archipiélago: “Si quieren negociar el REF, pacten con el PP”.