Espacio de opinión de Canarias Ahora
La provocación
La conveniencia de estas visitas la decide el Gobierno en función de las circunstancias políticas. En este caso, como Rajoy ha monopolizado la bandera nacional en plan ¡España, coño! y viva Lola Flores, debe haber considerado Zapatero oportuno el garbeo regio con objetivos no menos electorales. Es su forma de decirle a la España eterna y a los que estamos en ella de paso que a patriota rojigualda no hay quien le gane.
Unos días antes el juez Baltasar Garzón, mosca cojonera donde las haya, gracias a Dios, decidió lanzarse a por los marroquinos que pudieran haber realizado actos de genocidio contra los saharauis y el real primo se mosqueó todavía más. No porque desconfíe de la buena fe del primo sino porque necesita ratificar con hechos su última decantación nacionalista tras las elecciones. Le ha dado manga ancha al Istiqlal, el mismito que puso verde al archipiélago en su mapa del Gran Marruecos, para contentar y contener a los islamistas que lo tienen a mal traer y la ocasión la pintan calva. Con el embullito, el diputado islamista Abdelila Benkiran se preguntó en la pantalla de Al Jazzira por qué no una nueva Marcha Verde.
Una vez más la monarquía alauita trata de aliviar situaciones internas utilizando a España de muñeco al que tirarle los pelotazos. Con los franceses no se atreve porque considera a los españoles más indicados para tales alardes que por un lado entretienen a los súbditos y por el otro lado mantienen viva la aspiración de recuperar Ceuta y Melilla; y el peñón de Perejil, que no debe olvidarse en esta ensalada; en la que cabe todavía algún que otro pedrusco.
Entre las cuestiones con las que los marroquinos tienen cogidos a los gobiernos españoles por los humildes figura la lucha contra el terrorismo islamista que cuenta con una buena cantera en Marruecos como bien sabemos. La colaboración de los marroquíes en tareas de prevención es vital y de eso se aprovechan.
Si añadimos las llamadas de Al Qaeda a darle caña a españoles, franceses y estadounidenses y a sus socios magrebíes y las expectativas USA en la zona, a lo mejor llegamos a entender algo mejor la proclividad de los reales primos del sur a poner en apuros a la parentela.
La conveniencia de estas visitas la decide el Gobierno en función de las circunstancias políticas. En este caso, como Rajoy ha monopolizado la bandera nacional en plan ¡España, coño! y viva Lola Flores, debe haber considerado Zapatero oportuno el garbeo regio con objetivos no menos electorales. Es su forma de decirle a la España eterna y a los que estamos en ella de paso que a patriota rojigualda no hay quien le gane.
Unos días antes el juez Baltasar Garzón, mosca cojonera donde las haya, gracias a Dios, decidió lanzarse a por los marroquinos que pudieran haber realizado actos de genocidio contra los saharauis y el real primo se mosqueó todavía más. No porque desconfíe de la buena fe del primo sino porque necesita ratificar con hechos su última decantación nacionalista tras las elecciones. Le ha dado manga ancha al Istiqlal, el mismito que puso verde al archipiélago en su mapa del Gran Marruecos, para contentar y contener a los islamistas que lo tienen a mal traer y la ocasión la pintan calva. Con el embullito, el diputado islamista Abdelila Benkiran se preguntó en la pantalla de Al Jazzira por qué no una nueva Marcha Verde.