Así no se puede trabajar

Parte de la base, les dije, de que la destrucción de empleo en Canarias va a un ritmo más lento. Soria hace la lectura que le interesa, pero caben otras. Como la de que con un cuarto de millón de desempleados debe quedar ya en las islas poco empleo que destruir y de ahí la ralentización. Habrá que mirar entonces a otro lado a ver si nos aclaramos. O sea, a si es suficiente la creación de nuevos puestos de trabajo que reduzcan el número de los destruidos; o cómo van las afiliaciones a la Seguridad Social. En el primer caso, no sabemos de si ha habido creación de puestos de trabajo y en el segundo ocurre que mientras en el conjunto del Estado ha crecido el número de afiliados, en las islas ha descendido. Lástima que el hombre no nos haya iluminado con sus análisis ni se le vea intención de indagar en la economía sumergida canaria, que debe ser la leche para que el personal aparente estar tan tranquilo. Claro que en esto va a la par con el Gobierno Zapatero que no ha llevado a la mesa de negociación del pacto la lucha contra la economía sumergida. Debe ser tabú. Aparte de que tal y cómo andan las cosas tampoco interesa a los “sumergidos” llamar la atención para alegría de sus empleadores.

Por cierto: no estuvo más fino Soria al enjuiciar el paquete, nunca mejor dicho, de medidas dado a conocer por la ministra Elena Salgado. Los empresarios canarios le han dado caña de la buena tirando siempre para su esquina y no les ha ido a la zaga Paulino, que las califica de dispersas y harto genéricas. Opinión a tener en cuenta la de un gobernante tan ducho en dispersiones y generalidades; las debe identificar nada más verlas.

Pero es de nuevo Soria quien se lleva la palma. Sin pensárselo mucho aseguró que esas medidas, tan denostadas por los empresarios y Paulino, las copió Zapatero de las que propusiera el PP durante la tramitación de los Presupuestos. No creo, la verdad, que sea como en el Arte donde lo valioso es el original y no las copias así que no se entiende, quiero decir, que esas medidas fueran buenas y adecuadas cuando las plantearon los populares y dejen de serlo o lo sean menos al copiarlas los psocialistas.

Aquí cabe, sensu contrario, una pregunta: ¿cómo es posible que el Gobierno rechazara entonces lo que ahora propone? La sensación de que no se aclaran el Gobierno y la oposición es fuerte. Parecen estar más por llevarse la mutuamente la contraria que por gobernar y hacer oposición como Dios manda. Por si fuera poco, dicen los de IU que también a ellos les ha copiado el Gobierno lo mucho y no sé si lo bueno.

En definitiva: me quedé como estaba ya que a la dificultad natural mía con los números y la ponderación de las estadísticas se une la propensión de los políticos a contarnos lo que les interesa en cada momento ocultando otros datos y otras estadísticas para que les cuadren sus mensajes. Y así no se puede trabajar, que se decía en lo antiguo.

Parte de la base, les dije, de que la destrucción de empleo en Canarias va a un ritmo más lento. Soria hace la lectura que le interesa, pero caben otras. Como la de que con un cuarto de millón de desempleados debe quedar ya en las islas poco empleo que destruir y de ahí la ralentización. Habrá que mirar entonces a otro lado a ver si nos aclaramos. O sea, a si es suficiente la creación de nuevos puestos de trabajo que reduzcan el número de los destruidos; o cómo van las afiliaciones a la Seguridad Social. En el primer caso, no sabemos de si ha habido creación de puestos de trabajo y en el segundo ocurre que mientras en el conjunto del Estado ha crecido el número de afiliados, en las islas ha descendido. Lástima que el hombre no nos haya iluminado con sus análisis ni se le vea intención de indagar en la economía sumergida canaria, que debe ser la leche para que el personal aparente estar tan tranquilo. Claro que en esto va a la par con el Gobierno Zapatero que no ha llevado a la mesa de negociación del pacto la lucha contra la economía sumergida. Debe ser tabú. Aparte de que tal y cómo andan las cosas tampoco interesa a los “sumergidos” llamar la atención para alegría de sus empleadores.

Por cierto: no estuvo más fino Soria al enjuiciar el paquete, nunca mejor dicho, de medidas dado a conocer por la ministra Elena Salgado. Los empresarios canarios le han dado caña de la buena tirando siempre para su esquina y no les ha ido a la zaga Paulino, que las califica de dispersas y harto genéricas. Opinión a tener en cuenta la de un gobernante tan ducho en dispersiones y generalidades; las debe identificar nada más verlas.