Espacio de opinión de Canarias Ahora
Rajoy más gobernante, Zapatero más político
Cuando estos encuentros televisivos se saldan con un cierto equilibrio -como parece fué el caso-, todos intentan desequilibrar a su favor la balanza para apuntarse el tanto. Así es la política, así son los políticos y así se comportan sus seguidores o simpatizantes. Y acaban contagiando de parcialidad a la ciudadanía. Pero un debate, duro y de cierta altura, como el del lunes merece un análisis sosegado.
No valen las simples impresiones, aunque las impresiones también cuentan. Y una de las ofreció el primer cara a cara Zapatero-Rajoy, fue que Rajoy atacaba con dureza y argumentos y que Zapatero se defendía bien con dureza y menos argumentos. Rajoy apareció convencido y bastante convincente. Zapatero intentó, con bastante éxito, aparentar también ambas cosas. Es difícil valorar la sinceridad de uno y otro. Y como la captó la audiéncia. Aunque se intuye.
Zapatero -que en algún momento parecía preocupado- seguramente es más político que gobernante; Rajoy -que presentaba puntos débiles-, quizás más gobernante que político. ¿Un combate que acabó en tablas? Habrá que esperar al segundo -el próximo lunes- para desempatar.
Mejor no sacar conclusiones precipitadas, a medio desafío en dos actos, entre un peso pluma muy hábil y un peso muy pesado.
Wifredo Espina
Cuando estos encuentros televisivos se saldan con un cierto equilibrio -como parece fué el caso-, todos intentan desequilibrar a su favor la balanza para apuntarse el tanto. Así es la política, así son los políticos y así se comportan sus seguidores o simpatizantes. Y acaban contagiando de parcialidad a la ciudadanía. Pero un debate, duro y de cierta altura, como el del lunes merece un análisis sosegado.
No valen las simples impresiones, aunque las impresiones también cuentan. Y una de las ofreció el primer cara a cara Zapatero-Rajoy, fue que Rajoy atacaba con dureza y argumentos y que Zapatero se defendía bien con dureza y menos argumentos. Rajoy apareció convencido y bastante convincente. Zapatero intentó, con bastante éxito, aparentar también ambas cosas. Es difícil valorar la sinceridad de uno y otro. Y como la captó la audiéncia. Aunque se intuye.