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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Compraron los favores de Intereconomía

Aquellos tres años y medio de Rita Martín al frente de la Consejería de Turismo fueron verdaderamente sublimes. La número dos del departamento fue, entre 2007 y 2009, la actual delegada del Gobierno, Mari Carmen Hernández Bento, que en la mayor parte del mandato fue corresponsable de aquella sucesión sonrojante de disparates, como la promoción turística en Islandia o la campaña Los Estadios de la Felicidad, de 4,5 millones de euros, juergas aparte. Y en juergas incluimos el homenaje gastronómico que la señora consejera y su séquito se tributaron en el restaurante Cipriani, de Londres, 1.800 libras que dejan en pañales cualquier intento del Partido Popular de Canarias de achacar a quien quiera dispendios y horteradas de nuevos ricos. Fueron tres años gloriosos aquellos del PP al frente del departamento con la manga más ancha para gastar a espuertas en materia publicitaria, lo que fue convenientemente aprovechado por las subordinadas de José Manuel Soria para satisfacer las cuentas de resultados de empresas mediáticas como el Grupo Intereconomía, de cuyo Gato al Agua el presidente del PP se convirtió en contertulio, previo pago de dinero de Promotur, y a quien se premió con una prebenda de 182.000 euros para que, entre otros tributos al periodismo de encargo, publicara aquella delirante historia de “Un Gal sin muertos en Canarias” en ese libelo que se llama (¿aún se sigue editando?) Época. Lo dicho, nos está costando Dios y ayuda conseguir las cuentas de Rita Martín y Hernández Bento. Pero poco a poco las iremos revelando para todos ustedes para que comprueben el tamaño de la desfachatez y del saqueo. Y si alguien quiere dimitir es muy libre de hacerlo. La credibilidad de la clase política se lo agradecerá enormemente.

Aquellos tres años y medio de Rita Martín al frente de la Consejería de Turismo fueron verdaderamente sublimes. La número dos del departamento fue, entre 2007 y 2009, la actual delegada del Gobierno, Mari Carmen Hernández Bento, que en la mayor parte del mandato fue corresponsable de aquella sucesión sonrojante de disparates, como la promoción turística en Islandia o la campaña Los Estadios de la Felicidad, de 4,5 millones de euros, juergas aparte. Y en juergas incluimos el homenaje gastronómico que la señora consejera y su séquito se tributaron en el restaurante Cipriani, de Londres, 1.800 libras que dejan en pañales cualquier intento del Partido Popular de Canarias de achacar a quien quiera dispendios y horteradas de nuevos ricos. Fueron tres años gloriosos aquellos del PP al frente del departamento con la manga más ancha para gastar a espuertas en materia publicitaria, lo que fue convenientemente aprovechado por las subordinadas de José Manuel Soria para satisfacer las cuentas de resultados de empresas mediáticas como el Grupo Intereconomía, de cuyo Gato al Agua el presidente del PP se convirtió en contertulio, previo pago de dinero de Promotur, y a quien se premió con una prebenda de 182.000 euros para que, entre otros tributos al periodismo de encargo, publicara aquella delirante historia de “Un Gal sin muertos en Canarias” en ese libelo que se llama (¿aún se sigue editando?) Época. Lo dicho, nos está costando Dios y ayuda conseguir las cuentas de Rita Martín y Hernández Bento. Pero poco a poco las iremos revelando para todos ustedes para que comprueben el tamaño de la desfachatez y del saqueo. Y si alguien quiere dimitir es muy libre de hacerlo. La credibilidad de la clase política se lo agradecerá enormemente.