Un empresario muy peculiar

Para ser justos, hay que situar los orígenes de toda la trifulca de la gala en las semanas previas a la misma, cuando el dueño del sex-shop Jomatog, que presentaba en esta ocasión a una chica en silla de ruedas afectada de una discapacidad, sostuvo varios desencuentros con el concejal del Carnaval, Roque Díaz, que como todo el mundo sabe, no se corta para llamar a las cosas por su nombre. El empresario, que siempre ha destacado por sus excentricidades y por los invitados que se ha traído al Carnaval (desde la Cicciolina hasta Carmen de Mairena) trató de obtener alguna ventaja por, según su teoría, haberse significado políticamente en contra del PP, luego en favor del PSOE, y por presentar a una discapacitada que finalmente fue tratada como una candidata más. Seguramente no le gustó la respuesta obtenida.

Para ser justos, hay que situar los orígenes de toda la trifulca de la gala en las semanas previas a la misma, cuando el dueño del sex-shop Jomatog, que presentaba en esta ocasión a una chica en silla de ruedas afectada de una discapacidad, sostuvo varios desencuentros con el concejal del Carnaval, Roque Díaz, que como todo el mundo sabe, no se corta para llamar a las cosas por su nombre. El empresario, que siempre ha destacado por sus excentricidades y por los invitados que se ha traído al Carnaval (desde la Cicciolina hasta Carmen de Mairena) trató de obtener alguna ventaja por, según su teoría, haberse significado políticamente en contra del PP, luego en favor del PSOE, y por presentar a una discapacitada que finalmente fue tratada como una candidata más. Seguramente no le gustó la respuesta obtenida.