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Se entierra Mi Tierra TV

En una despedida con profusión de estridencias insultantes, como es norma de la casa, Mi Tierra Televisión, asentada en el Puerto de la Cruz y autoproclamada defensora única de los sacrosantos intereses del norte tinerfeño, puso punto final, en directo y con mucha anestesia, a su accidentado recorrido por las vías analógica y digital. Pero no se vayan a creer que se van a negro, según explicaron los inefables Daniel Montes de Oca y Pepe López Peraza, almas de la cosa, sino que les sustituye Mi Norte Televisión, denominación de una nueva supuesta empresa que recoge el testigo, los recursos, los programas y los colaboradores del fenecido terruño. Ya en los últimos minutos del programa de despedida se pudo ver el nuevo logo de la emisora, muy simbólica del cristianismo y del catolicismo del que presumía y presume el tal López, excepto a la hora de conjugar el adagio de amar al prójimo como a él mismo. Contaron los telecomunicadores que las presiones de Paulino Rivero, Javier González Ortiz y los servicios jurídicos del Gobierno de Canarias acabaron por asfixiar al canal, que emitía sin licencia después de que una resolución judicial desembocara en el precinto de sus equipos. Anunciaron, erre que erre con su repertorio de astracanadas, que ellos no se van a arrugar y que la nueva empresa bendice ese modo de hacer televisión, caracterizado por su antisocialismo militante, extendido últimamente al reparto de hostias (de las no consagradas, conste) a diestra y siniestra para que parezca que no se casan con nadie. Ni siquiera con el independentista editor-director de El Día, don Pepito José Rodríguez Ramírez, a quien reprochan que no ponga en primera página su campaña de recogida de alimentos. Eso sí: sin detalles de la nueva empresa y de si está autorizada para emitir, que ya nos podemos imaginar.

En una despedida con profusión de estridencias insultantes, como es norma de la casa, Mi Tierra Televisión, asentada en el Puerto de la Cruz y autoproclamada defensora única de los sacrosantos intereses del norte tinerfeño, puso punto final, en directo y con mucha anestesia, a su accidentado recorrido por las vías analógica y digital. Pero no se vayan a creer que se van a negro, según explicaron los inefables Daniel Montes de Oca y Pepe López Peraza, almas de la cosa, sino que les sustituye Mi Norte Televisión, denominación de una nueva supuesta empresa que recoge el testigo, los recursos, los programas y los colaboradores del fenecido terruño. Ya en los últimos minutos del programa de despedida se pudo ver el nuevo logo de la emisora, muy simbólica del cristianismo y del catolicismo del que presumía y presume el tal López, excepto a la hora de conjugar el adagio de amar al prójimo como a él mismo. Contaron los telecomunicadores que las presiones de Paulino Rivero, Javier González Ortiz y los servicios jurídicos del Gobierno de Canarias acabaron por asfixiar al canal, que emitía sin licencia después de que una resolución judicial desembocara en el precinto de sus equipos. Anunciaron, erre que erre con su repertorio de astracanadas, que ellos no se van a arrugar y que la nueva empresa bendice ese modo de hacer televisión, caracterizado por su antisocialismo militante, extendido últimamente al reparto de hostias (de las no consagradas, conste) a diestra y siniestra para que parezca que no se casan con nadie. Ni siquiera con el independentista editor-director de El Día, don Pepito José Rodríguez Ramírez, a quien reprochan que no ponga en primera página su campaña de recogida de alimentos. Eso sí: sin detalles de la nueva empresa y de si está autorizada para emitir, que ya nos podemos imaginar.