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Los favores que le debe a Nacho González

En aquellos tiempos en que Miguel Zerolo propiciaba desde el Ayuntamiento de Santa Cruz el mayor pelotazo de la historia de Canarias, Cristina Tavío hacía todo lo posible por colocarse en la posición más adecuada para hacerse con el control del PP tinerfeño. Ignacio González Martín, padre de nacho González, había caído en desgracia en 1999 por el controvertido caso Bango, y tuvo que abandonar la presidencia por una expulsión dictada desde Génova tras pedir el voto para Coalición Canaria en una cena celebrada aquel año en Sánchez-Bacallado. Junto a su hijo Nacho, coordinador regional del partido, controlaban la sección tinerfeña gracias a los cientos de trabajadores de Vultesa que tenían de afiliados (voluntarios, por supuesto) todos ellos con domicilio de afiliación en la calle de La Rosa, donde están los laboratorios de análisis clínicos que dirige el mayor de los González, Pedro. Tras aquellos sucesos, compraron a Olarte el CCN, pero en las listas de afiliados del PP continuaron durante años apareciendo esos brazos de palo de Vultesa. Así que, llegado el reñido congreso insular de 2008, Cristina Tavío pide un inmenso favor a Nacho. Al detectar que los afiliados de Vultesa seguían figurando en el censo y podían elegir compromisarios, habló con los González y les pidió que los reactivaran previo pago de las cuotas pendientes. Nacho lo hizo y gracias a su intervención, Tavío acudió a Adeje con unos cuantos apoyos más. El presidente del CCN estuvo sentado en primera fila como invitado de honor. Cristina Tavío fue elegida presidenta.

En aquellos tiempos en que Miguel Zerolo propiciaba desde el Ayuntamiento de Santa Cruz el mayor pelotazo de la historia de Canarias, Cristina Tavío hacía todo lo posible por colocarse en la posición más adecuada para hacerse con el control del PP tinerfeño. Ignacio González Martín, padre de nacho González, había caído en desgracia en 1999 por el controvertido caso Bango, y tuvo que abandonar la presidencia por una expulsión dictada desde Génova tras pedir el voto para Coalición Canaria en una cena celebrada aquel año en Sánchez-Bacallado. Junto a su hijo Nacho, coordinador regional del partido, controlaban la sección tinerfeña gracias a los cientos de trabajadores de Vultesa que tenían de afiliados (voluntarios, por supuesto) todos ellos con domicilio de afiliación en la calle de La Rosa, donde están los laboratorios de análisis clínicos que dirige el mayor de los González, Pedro. Tras aquellos sucesos, compraron a Olarte el CCN, pero en las listas de afiliados del PP continuaron durante años apareciendo esos brazos de palo de Vultesa. Así que, llegado el reñido congreso insular de 2008, Cristina Tavío pide un inmenso favor a Nacho. Al detectar que los afiliados de Vultesa seguían figurando en el censo y podían elegir compromisarios, habló con los González y les pidió que los reactivaran previo pago de las cuotas pendientes. Nacho lo hizo y gracias a su intervención, Tavío acudió a Adeje con unos cuantos apoyos más. El presidente del CCN estuvo sentado en primera fila como invitado de honor. Cristina Tavío fue elegida presidenta.