El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La fisura que abrieron los papeles de México
Pero el régimen ya no es lo que era. La irrupción de la Fiscalía Anticorrupción, contra la que arremeten los protectores de las esencias nivarienses, y la consiguiente aparición de escándalos como el de Las Teresitas o Fórum Filatélico ha acabado con el mito de que todos los políticos de la isla (no sólo los de ATI) tenían una mano en la cartera y la otra en su corazón tinerfeño. Ahora está más extendida la percepción de que ambas manos estaban en los bolsillos y que el amor por la tierra solo es para los discursos. Pero a la constatación de que la corrupción estaba más extendida de lo que decían los diarios se ha unido un hecho absolutamente explosivo y casual: el durísimo enfrentamiento que mantiene el presidente del Gobierno, Paulino Rivero, con el propietario del periódico El Día, ha hecho tambalearse un pilar fundamental del régimen. Los editoriales de El Día, aún siendo considerados excéntricos, xenófobos, bufones y nostálgicos por los prebostes del régimen, mantenían hasta hace muy poco en alto la moral de la tropa con sus constantes diatribas contra Gran Canaria y sus numantinas defensas de lo propio cayera quien cayera. Que don Pepito dedique ahora parte de sus esfuerzos cotinianos a asegurar sin pruebas (eso sí que es un linchamiento mediático) que Paulino Rivero tiene negocios oscuros en México es un síntoma de que el régimen tiene fisuras y que por ellas se escapan las inquebrantables unanimidades, se pierden elecciones, se derriban negocios y se cuestiona casi todo hasta que el cuerpo aguante.
Pero el régimen ya no es lo que era. La irrupción de la Fiscalía Anticorrupción, contra la que arremeten los protectores de las esencias nivarienses, y la consiguiente aparición de escándalos como el de Las Teresitas o Fórum Filatélico ha acabado con el mito de que todos los políticos de la isla (no sólo los de ATI) tenían una mano en la cartera y la otra en su corazón tinerfeño. Ahora está más extendida la percepción de que ambas manos estaban en los bolsillos y que el amor por la tierra solo es para los discursos. Pero a la constatación de que la corrupción estaba más extendida de lo que decían los diarios se ha unido un hecho absolutamente explosivo y casual: el durísimo enfrentamiento que mantiene el presidente del Gobierno, Paulino Rivero, con el propietario del periódico El Día, ha hecho tambalearse un pilar fundamental del régimen. Los editoriales de El Día, aún siendo considerados excéntricos, xenófobos, bufones y nostálgicos por los prebostes del régimen, mantenían hasta hace muy poco en alto la moral de la tropa con sus constantes diatribas contra Gran Canaria y sus numantinas defensas de lo propio cayera quien cayera. Que don Pepito dedique ahora parte de sus esfuerzos cotinianos a asegurar sin pruebas (eso sí que es un linchamiento mediático) que Paulino Rivero tiene negocios oscuros en México es un síntoma de que el régimen tiene fisuras y que por ellas se escapan las inquebrantables unanimidades, se pierden elecciones, se derriban negocios y se cuestiona casi todo hasta que el cuerpo aguante.