El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Todo por la foto
Consiguió Adán Martín salirse con la suya y ganarle por la mano a su antecesor en el cargo y enemigo de partido, Román Rodríguez, en sus andanzas marroquíes. Ya saben que Rodríguez fue a Rabat en el ocaso de su mandato y en plena crisis Aznar-Mohamed VI por un quítame allá esa ramita de perejil. Román sabía que su viaje iba a servir de poco, pero tocaba las narices cantidad. Sobre todo a Adán Martín, al que no invitó, ni falta que les hacía a ambos. Hasta mucho tardó el actual presidente en montarse su viaje, que tenía como especial empeño hacerse la foto que no consiguió el ex: con su majestad. Se puede decir que todo el viaje ha girado en torno a la obtención de esa entrevista, que tiene más de protocolario que de ejecutivo, pero que marca las distancias y permite hacer declaraciones grandilocuentes. Tan trascendental fue el encuentro que enseguida despertó las sospechas de los malos malones, que nos chismaron algunas cosas que enseguida nos obligaron a indagar.
Consiguió Adán Martín salirse con la suya y ganarle por la mano a su antecesor en el cargo y enemigo de partido, Román Rodríguez, en sus andanzas marroquíes. Ya saben que Rodríguez fue a Rabat en el ocaso de su mandato y en plena crisis Aznar-Mohamed VI por un quítame allá esa ramita de perejil. Román sabía que su viaje iba a servir de poco, pero tocaba las narices cantidad. Sobre todo a Adán Martín, al que no invitó, ni falta que les hacía a ambos. Hasta mucho tardó el actual presidente en montarse su viaje, que tenía como especial empeño hacerse la foto que no consiguió el ex: con su majestad. Se puede decir que todo el viaje ha girado en torno a la obtención de esa entrevista, que tiene más de protocolario que de ejecutivo, pero que marca las distancias y permite hacer declaraciones grandilocuentes. Tan trascendental fue el encuentro que enseguida despertó las sospechas de los malos malones, que nos chismaron algunas cosas que enseguida nos obligaron a indagar.