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Los funcionarios, solo para el que manda

Porque para ejercer la autoridad, e incluso el autoritarismo, hace falta tener ciertas condiciones, capacidades innatas para el liderazgo, visión de conjunto, complejos embridados, habilidad y destreza para el disimulo? y la soberbia entretenida en abortar los tics y los estiramientos faciales. No, Claudio guion Alberto Rivero no es José Manuel Soria aunque alguien pueda pensar que trata de emularlo. Porque de Soria se conocen muchas historias de desaires, de insultos, de gritos, de descalificaciones, de humillaciones? pero jamás tuvo la osadía de insultar a ningún funcionario públicamente, y mucho menos delante de todos los periodistas en un pleno municipal como hizo la semana pasada el director general de Presidencia del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Se delató, perdió los papeles y se debilitó por completo ante la ciudadanía allí representada por sus concejales y por esos que ejercen de notarios de lo cotidiano, que son los representantes de los medios informativos. Rivero acusó públicamente al interventor municipal de estar conchabado con el Partido Socialista, y lo dijo así: “Qué fácil es hacer oposición cuando se tiene la colaboración de los funcionarios”. La acusación, pronunciada en medio de un debate sobre el papel desempeñado por el interventor en un determinado expediente, refleja varias cosas, y todas ellas graves. La primera, una ausencia absoluta de competencia del señor Guion Rivero para desempeñar un cargo público con autoridad sobre funcionarios. Segundo, una errónea creencia de que los funcionarios sólo pueden estar al servicio del que gana las elecciones, no de los demás concejales, y ni nos imaginamos de los ciudadanos. Y tercero, unos complejos del acusador en cuestión que mejor haría en hacérselos ver, porque tras estos cuatro años de Ayuntamiento, la vida continúa, y así cualquiera se sale en la primera curva del camino.

Porque para ejercer la autoridad, e incluso el autoritarismo, hace falta tener ciertas condiciones, capacidades innatas para el liderazgo, visión de conjunto, complejos embridados, habilidad y destreza para el disimulo? y la soberbia entretenida en abortar los tics y los estiramientos faciales. No, Claudio guion Alberto Rivero no es José Manuel Soria aunque alguien pueda pensar que trata de emularlo. Porque de Soria se conocen muchas historias de desaires, de insultos, de gritos, de descalificaciones, de humillaciones? pero jamás tuvo la osadía de insultar a ningún funcionario públicamente, y mucho menos delante de todos los periodistas en un pleno municipal como hizo la semana pasada el director general de Presidencia del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Se delató, perdió los papeles y se debilitó por completo ante la ciudadanía allí representada por sus concejales y por esos que ejercen de notarios de lo cotidiano, que son los representantes de los medios informativos. Rivero acusó públicamente al interventor municipal de estar conchabado con el Partido Socialista, y lo dijo así: “Qué fácil es hacer oposición cuando se tiene la colaboración de los funcionarios”. La acusación, pronunciada en medio de un debate sobre el papel desempeñado por el interventor en un determinado expediente, refleja varias cosas, y todas ellas graves. La primera, una ausencia absoluta de competencia del señor Guion Rivero para desempeñar un cargo público con autoridad sobre funcionarios. Segundo, una errónea creencia de que los funcionarios sólo pueden estar al servicio del que gana las elecciones, no de los demás concejales, y ni nos imaginamos de los ciudadanos. Y tercero, unos complejos del acusador en cuestión que mejor haría en hacérselos ver, porque tras estos cuatro años de Ayuntamiento, la vida continúa, y así cualquiera se sale en la primera curva del camino.