El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Haberse llevado un microbús
Ya puestos a dar una explicación que resultara convincente, bien hubiera podido la UD Las Palmas alegar que el fantasmagórico y enigmático viaje de Manuel Torres a la Península era de carácter absolutamente privado. Nos la hubiéramos tenido que envainar y, además, hasta pedir disculpas. Pero tal y como nos esperábamos, han optado por salir del paso de la manera más absurda, diciendo que el director de fútbol se borró del mapa con la intención de ir a captar jugadores. Para ello, Manuel Torres habría elegido exactamente el mismo método que utilizan todos los directores de fútbol y directores generales de los equipos del mundo: cogen su coche, se meten en un barco, pierden dos días en la travesía, aparecen en Cádiz y se lanzan a la aventura, en plan Thelma y Louise, a buscar algún futbolista a coste cero que se le ponga por delante. Puestos a echar ideas, quizá hubiera sido mejor que en lugar de un turismo, que fue lo que teóricamente Torres embarcó, le hubieran prestado una furgoneta de nueve plazas, para así aprovechar y traerse puesto el resultado de sus gestiones peninsulares. El encargo de buscar futbolistas debe haberse convertido para los dirigentes de la UD en un asunto de alto secreto, razón por la cual no dijeron nada durante el partido del sábado, cuando la Ser fue a preguntarles, ni después del partido, ni el domingo, ni el lunes por la mañana. Una escueta nota en la web del club (confirmada por nosotros no fuera a ser otra escaramuza) sirvió para profundizar más aún en el disparate. Y en la especulación, como decíamos ayer.
Ya puestos a dar una explicación que resultara convincente, bien hubiera podido la UD Las Palmas alegar que el fantasmagórico y enigmático viaje de Manuel Torres a la Península era de carácter absolutamente privado. Nos la hubiéramos tenido que envainar y, además, hasta pedir disculpas. Pero tal y como nos esperábamos, han optado por salir del paso de la manera más absurda, diciendo que el director de fútbol se borró del mapa con la intención de ir a captar jugadores. Para ello, Manuel Torres habría elegido exactamente el mismo método que utilizan todos los directores de fútbol y directores generales de los equipos del mundo: cogen su coche, se meten en un barco, pierden dos días en la travesía, aparecen en Cádiz y se lanzan a la aventura, en plan Thelma y Louise, a buscar algún futbolista a coste cero que se le ponga por delante. Puestos a echar ideas, quizá hubiera sido mejor que en lugar de un turismo, que fue lo que teóricamente Torres embarcó, le hubieran prestado una furgoneta de nueve plazas, para así aprovechar y traerse puesto el resultado de sus gestiones peninsulares. El encargo de buscar futbolistas debe haberse convertido para los dirigentes de la UD en un asunto de alto secreto, razón por la cual no dijeron nada durante el partido del sábado, cuando la Ser fue a preguntarles, ni después del partido, ni el domingo, ni el lunes por la mañana. Una escueta nota en la web del club (confirmada por nosotros no fuera a ser otra escaramuza) sirvió para profundizar más aún en el disparate. Y en la especulación, como decíamos ayer.