El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
50 minutos y esperando
Ya que andamos metidos en faena cabalgatera, les acercamos una sonora queja que nos llegó la noche de autos, horas después de acabado el desfile. Serían las once de la noche, más o menos, cuando recibimos un mensaje de unos ciudadanos atrapados en la parada de guaguas de la Casa del Coño, frente al Club Náutico. Decía nuestro comunicante que allí había más de doscientas personas esperando por una mísera o articulada guagua que les acercara al centro neurálgico del momento, el distrito de Triana, y que cincuenta minutos de espera no sirvieron para que se detuviera allí ni una sola. El cabreo del comunicante era descomunal porque aseguraba que esa misma mañana había oído en la Ser al gerente de Guaguas Municipales asegurar a los cuatro vientos que habría refuerzos suficientes para atender la demanda. No sabemos cuánto tiempo más esperó la peña o si terminó por tirar de marquesina y acercarse caminando a Triana bajo palio.
Ya que andamos metidos en faena cabalgatera, les acercamos una sonora queja que nos llegó la noche de autos, horas después de acabado el desfile. Serían las once de la noche, más o menos, cuando recibimos un mensaje de unos ciudadanos atrapados en la parada de guaguas de la Casa del Coño, frente al Club Náutico. Decía nuestro comunicante que allí había más de doscientas personas esperando por una mísera o articulada guagua que les acercara al centro neurálgico del momento, el distrito de Triana, y que cincuenta minutos de espera no sirvieron para que se detuviera allí ni una sola. El cabreo del comunicante era descomunal porque aseguraba que esa misma mañana había oído en la Ser al gerente de Guaguas Municipales asegurar a los cuatro vientos que habría refuerzos suficientes para atender la demanda. No sabemos cuánto tiempo más esperó la peña o si terminó por tirar de marquesina y acercarse caminando a Triana bajo palio.