Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

''Obediencia debida'' y enfrentado al embajador

López Pascual se hizo pasar por periodista durante el tiempo que permaneció en El Salvador (la segunda mitad de los ochenta) como agente del desaparecido Cesid, hoy CNI. Como tal, logró infiltrarse en ambientes políticos salvadoreños y se hizo íntimo de personajes tan perversos y sanguinarios como Roberto D'Aubuisson. En su defensa por las actuaciones ilegales del Cesid en el país, llegó a declarar a un periodista que actuaba ejecutando órdenes, la obediencia debida derogada en España tras el golpe de Tejero de 1982. Pero lo cierto es que sus enfrentamientos con el embajador español, Fernando Álvarez de Miranda, y con personal de la embajada motivaron incluso quejas ante la central de la Casa, que es como se conoce a los servicios secretos españoles. El rector de la Universidad Central Americana, Ignacio Ellacuría, llegó a afirmar días antes de su asesinato que no se fiaba de López Pascual “ni un pelo; es muy sospechoso”. Así lo recoge en sus dos libros sobre la cuestión el periodista español Fernando Rueda, una de las personas que más sabe de este espía, ahora con despacho en la Base Naval de la capital grancanaria, donde teóricamente ejerce como abogado de la Armada.

López Pascual se hizo pasar por periodista durante el tiempo que permaneció en El Salvador (la segunda mitad de los ochenta) como agente del desaparecido Cesid, hoy CNI. Como tal, logró infiltrarse en ambientes políticos salvadoreños y se hizo íntimo de personajes tan perversos y sanguinarios como Roberto D'Aubuisson. En su defensa por las actuaciones ilegales del Cesid en el país, llegó a declarar a un periodista que actuaba ejecutando órdenes, la obediencia debida derogada en España tras el golpe de Tejero de 1982. Pero lo cierto es que sus enfrentamientos con el embajador español, Fernando Álvarez de Miranda, y con personal de la embajada motivaron incluso quejas ante la central de la Casa, que es como se conoce a los servicios secretos españoles. El rector de la Universidad Central Americana, Ignacio Ellacuría, llegó a afirmar días antes de su asesinato que no se fiaba de López Pascual “ni un pelo; es muy sospechoso”. Así lo recoge en sus dos libros sobre la cuestión el periodista español Fernando Rueda, una de las personas que más sabe de este espía, ahora con despacho en la Base Naval de la capital grancanaria, donde teóricamente ejerce como abogado de la Armada.