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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

¡Pero, Pedro!

Pedro Sánchez pasea por La Laguna este martes en compañía de Aurelio Abreu y de la gestora de La Laguna, todos ellos susanistas y todos ellos contrarios a un gobierno de progreso en la ciudad.

Carlos Sosa

Pasó Pedro Sánchez por Canarias justo en el momento en el que arrancaba el ciclón Susana desde Madrid y el Tribunal de Cuentas daba la razón a la gestora del PSOE en su cruzada por la transparencia en los fondos de los otros dos candidatos a las primarias. Transparencia que, como es norma, cumplen todos los aspirantes excepto la capitana de uno, la mismísima Susana Díaz, de cuyo mitin en Ifema se desconoce aún coste y procedencia del dinero que cubrió ese coste. Misterios insondables del doble rasero que ningún humano, socialista o no, conseguirá desentrañar en la vida.

La visita de Pedro Sánchez a Canarias puede considerarse triunfal si nos atenemos a la afluencia de militantes a sus dos convocatorias (Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna) y a la resonancia de sus mítines en la prensa regional y nacional. Sin embargo, dejó tras de sí un reguero de incongruencias y de divisiones que podrían pasarle factura en las inminentes primarias de su partido.

En Gran Canaria se apoyó en su viejo compañero y amigo Sebastián Franquis, diputado nacional y secretario general de la Agrupación Juan Rodríguez Doreste, de la capital de la isla. Franquis acaparó todo el protagonismo que pudo (y el que seguramente le otorga el cargo), y consiguió que a la convocatoria en el Cicca (la histórica sede cultural de la Caja de Canarias en la Alameda de Colón) acudieran insignes personalidades como el alcalde Hidalgo o el vicepresidente del Cabildo, Ángel Víctor Torres. Presencias que no deben traducirse necesariamente en una manifestación inequívoca e inquebrantable de respaldo en las primarias. Luego Sánchez acudió a una cena junto a una docena de militantes (unos más destacados que otros) donde no todo lo que oyó fueron parabienes. Que no concita unanimidades es más que evidente, y que a algunos de sus más veteranos compañeros les produce terror que pueda ganar este proceso hace tiempo que viene quedando de manifiesto en las portadas y en los comentarios de la prensa amamantada y ensolerada bajo el bipartidismo.

Tras Gran Canaria, Sánchez se trasladó a Tenerife, donde sus anfitriones eligieron La Laguna para su mitin. Su enlace en la isla resulta ser Aurelio Abreu, el socialista que pasa por ser el más destacado hombre de ATI dentro del PSOE. La historia está preñada de acontecimientos que así lo demuestran, como por ejemplo el pésimo trato que desde su puesto de vicepresidente del Cabildo de la isla dispensó este último año y medio a la exconsejera socialista de Obras Públicas, Ornella Chacón, en el pulso indigno que contra ella libró el titular de la Corporación, Carlos Alonso. Pero para los anales quedó como la más elocuente anécdota la que protagonizara Ricardo Melchior (ya prehistórico presidente del Cabildo por el tercio insular de CC), quien pidió a su partido que no presentara candidato en Buenavista del Norte porque Yeyo Abreu lo hacía tan bien que todos los votos que sacaba para la alcaldía se correspondían con los que el germano obtenía para el Cabildo. Para escarnio del PSOE, cabe aclarar.

Con esos mimbres parece normal que Pedro Sánchez se dejara llevar hasta la mismísima boca del lobo, y en lugar de asesorarse por los que antaño fueron miembros de su club de fans, se entregara como un corderito a la gestora del PSOE en La Laguna, responsable máxima de que en esa ciudad no exista en estos momentos un gobierno progresista y, en su lugar, Coalición Canaria pueda presumir de tener sometidos a los socialistas en una de sus más portentosas trastadas.

Para colmo, ni Yeyo Abreu ni los miembros de la gestora del PSOE de La Laguna profesan la más mínima consideración hacia Pedro Sánchez. Ni siquiera hacia Patxi López, el tercero en discordia al que injustamente tratamos todos de ningunear: todos son susanistas y así lo han manifestado sin disimulo.

Tras la marcha del candidato que más revolucionado tiene el proceso de primarias, el escenario que queda sobre el tapete también se presenta bastante complicado. Veamos: Chano Franquis desde Gran Canaria se apoya en Loli Corujo desde Lanzarote para promover una candidatura a la secretaría general del PSOE de un mirlo o mirla blanco aún por desvelar. Chano Franquis es pedrista y Loli Corujo, susanista. En Tenerife cuentan con personas del ámbito de Bases 2020 que antes eran predistas y ahora se manifiestan abiertamente patxistas, o sea, de Patxi, por si no ha quedado claro.

En el bando de Patricia Hernández nos encontramos con algo más de unanimidad. Ella es una declarada susanista, aunque le haya costado un poco reconocerlo en público. Y en ese afán le acompaña la gestora del PSOE en Canarias, abiertamente partidaria de la presidenta de la Junta de Andalucía. También es susanista Juan Fernando López Aguilar (se dejó ver sin disimulo en las primeras filas del mitin de Ifema), que ya no tiene tan claro presentarse a la Secretaría General del PSOE de Canarias. Podría estarse planteando unir sus esfuerzos a los de Patricia Hernández, pero a pesar de que el aparato de aquí apoya a la exvicepresidenta, no es ella la que gozaría de mayor predicamento ante un eventual triunfo de Susana Díaz. Vaya lío, ¿no?

Para que nos entendamos: el movimiento de Chano Franquis, Loli Corujo y Gustavo Matos tendría a día de hoy mucha ventaja cara a un congreso regional del PSOE de Canarias. Tanto si ganara Pedro Sánchez las primarias federales como si la triunfadora fuera Susana Díaz: el primero tiene su confianza depositada en Franquis y la segunda, en Corujo. Y si se diera una victoria de Paxti López, ya ni les cuento.

¿Y Patricia? Esta semana tiene reunión con Asier Antona. A ver si lo arreglan.

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