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El penoso tratamiento de Televisión Canaria

Se cubre de gloria por momentos Televisión Canaria, la nuestra a tiempo parcial, con la cobertura dada al accidente de Barajas y sus secuelas. Ya les contamos aquí cómo la primera conexión en directo de aquel aciago miércoles 20 fue con el aeropuerto de Los Rodeos para que un circunspecto periodista anunciara al mundo la noticia del día: “Normalidad absoluta por aquí”. Ahora sabemos que la unidad móvil del ente en Gran Canaria se encontraba en Teror recogiendo los cables tras dar un frenético directo sobre la reunión de la junta de seguridad de las fiestas del Pino. La conexión terminó antes de las tres y la unidad vino a llegar a Gando a eso de las cuatro y media, seguramente porque el equipo paró por el camino a tomarse su merecido y reparador almuerzo. Este martes hemos sabido que un directivo de la cadena vetó una entrevista en directo desde Gando con la ministra de Defensa, Carme Chacón, que fue una de las primeras autoridades en llegar. Según La Provincia, la orden fue la siguiente: “¡La ministra no! ¡No saquen a la ministra!”

Se cubre de gloria por momentos Televisión Canaria, la nuestra a tiempo parcial, con la cobertura dada al accidente de Barajas y sus secuelas. Ya les contamos aquí cómo la primera conexión en directo de aquel aciago miércoles 20 fue con el aeropuerto de Los Rodeos para que un circunspecto periodista anunciara al mundo la noticia del día: “Normalidad absoluta por aquí”. Ahora sabemos que la unidad móvil del ente en Gran Canaria se encontraba en Teror recogiendo los cables tras dar un frenético directo sobre la reunión de la junta de seguridad de las fiestas del Pino. La conexión terminó antes de las tres y la unidad vino a llegar a Gando a eso de las cuatro y media, seguramente porque el equipo paró por el camino a tomarse su merecido y reparador almuerzo. Este martes hemos sabido que un directivo de la cadena vetó una entrevista en directo desde Gando con la ministra de Defensa, Carme Chacón, que fue una de las primeras autoridades en llegar. Según La Provincia, la orden fue la siguiente: “¡La ministra no! ¡No saquen a la ministra!”